En
1946, a raíz del inicio de los servicios trasatlánticos con el estreno
de la línea Madrid-Buenos Aires, Iberia contrató a sus primeros
tripulantes auxiliares de vuelo: Pilar Mascías, Anita Marsáns, Marichín
Ruiz de Gámiz y María Josefa Ugarte, que recibieron la denominación
profesional de azafatas.
A la
denominación de azafatas se llegó en el seno de la aerolínea española
después de una detenida discusión sobre cuál sería el término más
adecuado, siendo finalmente zanjado el asunto con la mediación del
director gerente de la compañía, César Gómez Lucía, ante la carencia de
un sustantivo adecuado en lengua castellana.
Y es que por el camino también se barajaron, entre otros, los términos de provisoras, aeroviarias, aeromozas y mayordomas. En sus primeros
años, los uniformes a las azafatas y de los pilotos de tenían un
marcado corte militar. En aquel tiempo, y durante mucho tiempo después,
trabajar en Iberia era sinónimo de prestigio y la profesión que hoy
conocemos como TCP estaba muy valorada y reconocida.
Al año
siguiente, en 1947, ingresó en Iberia el primer auxiliar de vuelo
masculino, Fernando Castillo, que hasta entonces había sido un afamado
camarero del hotel Ritz de Madrid.
Foto: Iberia
fuente. https://www.puentedemando.com/las-primeras-azafatas-de-iberia/
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