¿Una cascada de agua? Vale. Pero, ¿una cascada de niebla?
Pues, sí. También existen, aunque en menor número.
Las cascadas o cataratas de agua se producen generalmente en zonas de
montaña al condensarse el vapor de agua, cuando el aire entra en
contacto con una superficie fría.
¿Y cómo va la cosa?
Cuando el aire se enfría al entrar en contacto con la tierra puede
producir unas capas de nubes bajas que conforman la niebla. Si en esta
situación sopla el viento, la niebla se desplaza hacia las laderas,
barrancos o acantilados. La mayor densidad de la niebla la hace
descender lentamente, de una forma que recuerda una caída de agua.
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