María Sánchez
Artículo de opinión: Si no pudieran sustituir su dieta vegana con otro tipo de alimentos, seguro que otro gallo les cantaría, aunque fuera violador
Dice el refrán “El que nada tiene que
hacer compra una cabra y la vuelve a vender” Esto es lo que pensé
cuando, hace unos días me llegó al teléfono uno de esos videos que nos
envían, mi primera reacción fue pensar que era una broma.
Se trata de unas chicas que se hacen
llamar veganas animalistas. Según ellas, los humanos no debemos
beneficiarnos de todo aquello que proviene de los animales. Por ejemplo;
no debemos comer huevos, ya que estos pertenecen a las gallinas,
tampoco comer carne o pescado y la miel, ni probarla. Su extrema defensa
les hace decir que los gallos violan a las gallinas o que las vacas son
sus compañeras.
Ahora van a por los pescadores,
argumentando que los peces sufren con el anzuelo. Aquí les doy la razón,
sobre todo cuando se pesca por puro placer para, al final dejar libre
al pescado.
Sin embargo, una cosa es defender a los
animales y, otra bien distinta, es que ustedes pretendan que todos nos
hagamos veganos, rechazando de plano todo lo que nos proporcionan los
animales.
A mi modesto entender, a este colectivo
se le están yendo las cosas de las manos al mezclar defensa animal con
feminismo. Del mismo modo pienso que ellas actúan de esta manera porque
no pasan hambre como ocurre en los países no desarrollados donde apenas
tienen algo para comer.
Si no pudieran sustituir su dieta vegana
con otro tipo de alimentos, seguro que otro gallo les cantaría, aunque
fuera violador. Lo peor es que esto se ha convertido más en una moda que
en una necesidad y, se deciden a llevarla a cabo, sin tener el
suficiente conocimiento sobre los valores alimenticios de las verduras.
Pero, como en el circo aún hay más, pues
estos colectivos se dividen en veganas y crudiveganas. Es decir, son las
que se niegan a cocinar las verduras, corriendo el riesgo de sufrir
cualquier enfermedad. Las veganas defienden sus ideas diciendo que esta
dieta es beneficiosa para la salud. Mientras, por otro lado, los
dietistas hablan de los riesgos que corren al no ingerir; proteínas,
vitaminas, y demás nutrientes.
Volviendo a estas chicas que van de plató
en plató y montan su chiringuito en la calle, opino que tienen una vida
ociosa, sin mucho futuro y el aburrimiento las lleva a hacer esto. Bien
podrían ser voluntarias para acompañar a personas mayores que viven
solas y mueren de igual manera.
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