miércoles, 24 de julio de 2019

YO, FRIDA KAHLO.

 

Mary Almenara

 

Me bautizaron con los nombres de: Magdalena Carmen Frida aunque el mundo entero me conoce como Frida Kahlo. Vine al mundo en Coyoacán (Méjico) un seis de julio de 1907 lo que quiere decir que habría cumplido 112 años en este mes tan veraniego y vacacional.
Fui una mujer que nunca se plegó a los estereotipos de mi época, no me ceñí a modas ni estilos. Opté por crear el mío propio vistiendo como me apetecía, donde mis peinados, tocados y cejas crearon mi personalidad. Amé a quien desee y a quien me deseo pues siempre tuve claro que por encima de todo quería ser feliz.
La vida no fue amable conmigo, todo lo contrario, me hizo conocer momentos muy duros viendo en más de una ocasión que mi vida se iba sin remisión alguna, dejando atrás muchas cosas por conocer. Tuve la desgracia de contraer poliomielitis de la, que por suerte, pude salir para luego sufrir un grave accidente que me postró en cama haciéndome visitar los hospitales más de lo deseado. Sin embargo, nada de lo sufrido me hizo desistir de mis ansias por seguir viva, por luchar y emerger de nuevo como el ave Fénix, así que a mis infortunios supe sacarle lo mejor, mirando a la vida cara a cara para sacarle siempre el lado positivo que me ofrecía.
Los años que pasé postrada en una cama no lo hice lamentando mi mala suerte o llorando mis infortunios, por el contrario saqué hacia afuera lo que durante muchos años bullía en mi interior. Recordé una caja de acuarelas que guardaba mi padre, las tomé y me las ingenié para hacer del dormitorio mi taller de pintura, donde comencé a dar rienda suelta a la imaginación.
En los lienzos fui plasmando el dolor y la desesperación de ver mi cuerpo atado a una cama, aún así mis fuerzas por seguir viva no decrecían, por el contrario, el dolor me hizo más fuerte para continuar luchando y pintando. Mi obra se hacia cada vez más y más fructífera llegando a pintar más de 200 cuadros entre los que se encuentran los que me inspiró el arte mejicano por la intensidad de sus colores.
Intentaron convencerme de que mis pinturas eran surrealistas, a lo que me negué rotundamente argumentado que no pintaba sueños, pintaba mi realidad, mis sufrimientos. Fui invitada por André Bretón para exponer en Francia. A mi misma me sorprendía la admiración que generaban mis obras pues siempre pinté para mi propia satisfacción, sin embargo una de aquellas obras a la que titulé (auto retrato el marco) fue adquirido por el Museo del Louvre y actualmente se encuentra en el Centro Pompidou.
Aunque gocé de la admiración de grandes pintores como; Pablo Picasso, Vasili Kandinski, André Breton o Marcel Duchamp mis obras solo se hicieron famosas después de mi muerte.
 Fuente de documentación, Internet.

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