miércoles, 6 de febrero de 2019
La privada contenta
Oponión.
Autora Marisol Ayala.
Si el objetivo de la medicina pública ha sido entregarle un cheque al portador a la sanidad privada lo ha hecho bien. Nota alta. Basta solo con hacer memoria y recordar la cantinela de los consejeros de Sanidad de Canarias del ejecutivo canario desde hace quince o veinte años.
Un discurso calcado. Cumpliendo órdenes de los ideólogos de cada color político, al menos en Canarias, CC, PP o PSOE, verbalizaban mañana tarde y noche que la solución a los problemas de la sanidad pública pasaba por firmar conciertos con las clínicas privadas “se necesitan y los necesitamos”, concluían. Cada vez el mensaje era más insistente. Dicho y hecho. Poco a poco iniciaron relaciones comerciales por debajo de la mesa poniendo nuestra salud en manos de las entonces precarias camas privadas, hasta que esas clínicas desfasadas fueron obligadas por la administración a mejorar sus instalaciones; adecentaron instalaciones maltrechas, ampliaron plantillas y ampliaron pruebas diagnósticas y de ahí al cielo. Fue por entonces cuando se gestó el desembarco de Luis Cobiella, el poderoso empresario de la sanidad de Canarias, que, por cierto, debutó sin éxito cuando intentó hacerse hueco en Gran Canaria y hacerse con el hospital de Meloneras, en ese momento la joya de la corona sanitaria. Pero Mario Rodríguez, el todopoderoso del grupo San Roque tuvo más suerte, o mejores contactos y más capacidad para mimar a los que mandaban, que todo contaba y se lo llevó; el señor de Hospiten, Cobiella, ha sido un lince, no lo duden y para compensarle el gobierno le cedió la Clínica Roca. De entrada. Es conveniente recordar que en esos años en los medios el área de Sanidad tenía gran importancia informativa con espacios diarios que denunciaban atropellos asistenciales o logros sanitarios. Al zoco de ese trasiego los canarios decidieron levantar la voz y en Gran Canaria se constituyeron asociaciones de enfermos hartos de una administración que les dispensaba un trato deficiente. Obesidad mórbida, cáncer de mama, esperas eternas, entre otras, eran las patas del banco del descontento. Y en el fondo, por ahí van están letras de domingo, lo que los enfermos demandaban era una sanidad pública gestionada para los intereses de los pacientes.
Años después la cuadratura del círculo se cierra con un dato cuya gravedad la sufrimos todos. Los recortes sanitarios han disparado la facturación de cinco multinacionales que acaparan el negocio de la salud. Quironsalud, Vithas-Nisa, Hm y HLA que suman entre todas 3.900 millones de ganancias, un mercado en alza mientras el sistema público sobrevive.
Un secreto a voces.
FUENTE: https://marisolayalablog.wordpress.com/
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