miércoles, 21 de noviembre de 2018
España y Cuba ante un nuevo escenario
La visita del Presidente de España a la Isla confirma la voluntad de ambos gobiernos de fomentar el diálogo político y los vínculos institucionales que respaldan el impulso a las relaciones.
Como parte de su primera visita a nuestro país en calidad de secretario general del Partido Comunista de España (PCE), Enrique Santiago Romero dialogó sobre la historia política y cultural que une a nuestros países.
El abogado de formación, quien ha militado ininterrumpidamente desde muy joven, se especializó en temas de Derecho Internacional y Penal, velando siempre por la justicia y los derechos humanos de todas las personas. Precisamente con esa máxima transcurrió toda esta entrevista.
CASI UN SIGLO DE HISTORIA
El PCE posee dos características fundamentales. La primera, trabajar de manera constante por la unidad de la clase trabajadora y los sectores populares españoles, con la creación de las Alianzas Obreras que dieron lugar a la Segunda República Española y posibilitaron la Revolución de Asturias en 1934, para dar paso luego al Frente Popular.
Posteriormente, durante la guerra, la tarea principal de nuestro Partido fue la defensa de nuestra legitimidad y el mantenimiento de la unidad de todos los sectores democráticos para intentar que la intervención del fascismo y el nazismo internacional resultara fallida.
Lamentablemente eso no se pudo, pero el PCE se alzó como el único partido que desde el interior del territorio español luchó contra la dictadura y por la democracia, con un alto coste traducido en pérdidas de vidas humanas, represión, cárcel, exilio, entre otras desgracias.
Fueron años muy duros. No obstante, seguimos trabajando en forjar procesos de unidad popular. Creamos la Junta Democrática, una de las amplias alianzas que permitieron que al morir Franco no se mantuviera su régimen. Después, ya en democracia, fundamos Izquierda Unida. Y actualmente trabajamos en la conformación de procesos de unidad con las nuevas fuerzas políticas de izquierda que han surgido en España tras las movilizaciones de marzo del 2011.
Tenemos dos líneas de trabajo fundamentales. Una: incrementar la incidencia de nuestra militancia en todos los escenarios sociales, políticos y laborales. Esto tiene que ver con cómo pretendemos aumentar el nivel de orden de nuestra gente y elevar la base social de la misma en los procesos de cambio político.
Ello nos lleva a la otra tarea que nos ocupa actualmente: la construcción de procesos de convergencia entre fuerzas políticas y sociales como es el caso de Unidos Podemos, una alianza hasta ahora electoral entre
Podemos, Izquierda Unida, Cataluña en Común y Marea, nuevo movimiento político de la izquierda gallega.
Aunque nuestra pretensión mayor consiste en que esta asociación no se quede allí, sino que genere un movimiento político y social capaz de convertirse en un sujeto que lidere los procesos de transformación y el arribo de los gobiernos.
UNA DERECHA QUE NO GANA TERRENO
La derecha española desde hace algunos años ha disfrutado de un ciclo político importante de hegemonía, pero hemos conseguido que finalice gracias al ascenso de la organización popular.
Con el estallido de la denominada crisis económica mundial, desde el 2007, hemos demostrado que no estamos ante tal «crisis», sino frente a una nueva fase del capitalismo.
Estamos en medio de una transformación de los modelos económicos en Europa, los cuales pretendían construir sociedades de bienestar y han desembocado, únicamente, en modelos neoliberales donde desaparece la capacidad de intervención del Estado y cualquier intento de distribución de las riquezas.
Dicho contexto ha sido empleado en España para estimular –con las condiciones objetivas para ello– la protesta de nuestra ciudadanía reclamando sus derechos.
Y es que, sin duda la clave del surgimiento de nuevas fuerzas políticas y el fortalecimiento de la izquierda en mi país, ha sido la participación de sectores cada vez más importantes de la sociedad española, los cuales sentían que el capitalismo financiero no les ofrece posibilidad alguna de tener una vida digna.
Lo que se había difundido como ideología dominante e invitaba a pensar que las personas tendrían garantizado un nivel de vida que le permitiera acceder a todas las opciones de consumo, dejó de ser. De repente el mito estalló y provocó una inmensa frustración, permeada por el menoscabo de los valores colectivos y la exaltación de los individuales.
La misión principal del PCE es garantizar que nuestra militancia esté presente en cualquier lugar donde un sujeto se encuentre privado de sus derechos y sufra violaciones de alguna índole. Consiste en enseñar a los individuos a organizarse y reivindicarse. Queremos que cada persona sea un actor en las transformaciones que tienen lugar a su alrededor.
RETOMAR EL TIEMPO PERDIDO
Las relaciones bilaterales entre Cuba y España han atravesado momentos muy tensos a raíz de la posición del Partido Popular y del expresidente español, José María Aznar, quienes impulsaron la llamada Posición Común contra Cuba.
Con dicha posición, la Unión Europea (UE) promovió el boicot contra el pueblo cubano, el fortalecimiento del bloqueo y un aislamiento político, económico y comercial orientado a derrocar al Gobierno y a la Revolución cubanos.
Aquella política española –tremendamente errónea– no solo se centró en la Mayor de las Antillas, sino también en toda América Latina y el Caribe. La derecha española ha supeditado las relaciones internacionales con otros pueblos del continente americano a los designios de Washington.
Sin embargo, nos hallamos en un nuevo momento donde la Posición Común del bloque frente a la Isla fracasó hace años, y aunque España fue de las últimas naciones en asumirlo, hoy le brindamos nuestro apoyo parlamentario al gobierno de Pedro Sánchez, del Partido Socialista Obrero Español, impulsando así una política de relaciones internacionales que recupere el tiempo perdido.
En tal sentido, resulta clave la normalización de los nexos bilaterales con Cuba y, además, construir unas muy buenas relaciones entre ambas naciones. En eso trabajamos y vamos avanzando.
Muestra de ello será la visita de Sánchez a Cuba, los venideros 22 y 23 de noviembre, la cual representa el reconocimiento del fracaso, por parte de España, de su hostil política contra la nación caribeña.
La presencia del presidente español simbolizará un cambio de orientación de la diplomacia de su país hacia América Latina y el Caribe, con un mayor respeto a la soberanía nacional de sus pueblos.
Se espera también que el Gobierno español aporte solidaridad y apoyo al Estado cubano, teniendo en cuenta que probablemente este constituye el único en su continente donde la población tiene garantizados todos sus derechos.
fuente: http://www.granma.cu/mundo/2018-11-20/espana-y-cuba-ante-un-nuevo-escenario-20-11-2018-20-11-25
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