¡Otra de cañas!

 

Parece que nadie piensa en una mujer para ir de farra, o que nadie visualiza a mujeres de primera fila en esos campos.

 

Vaya por delante que no me gusta la cerveza, lo cual es noticia por dos razones objetivas: representar una rareza estadística, y ser lo único que engorda y no me priva. Sin embargo, aunque no de birra, una es carne de barra, y está harta de ver a congéneres de todo pelaje enfilando una caña con otra sin tanto remilgo. O sea, que aquí cerveceras somos casi todas y, aunque no lo seamos, hay que convenir en que un anuncio de cerveza se ha convertido en el campanazo de salida del verano. O sea, que inquina con la patronal del lúpulo, ninguna. Y menos con los colegas de la publi, que son quienes nos leen el pensamiento en los hábitos de consumo. Por eso, porque a unos les va la pasta en ello y los otros nos conocen como si nos hubieran parido, he flipado con la encuesta de Cerveceros de España donde se preguntó a 2.000 personas, ellos y ellas, con qué famoso se irían de cañas.
Entre los 21 finalistas —astros del deporte, los medios, el cine y la música— no hay ni una señora. No sé si no les interrogaron por ninguna o a los encuestados no les salió ninguna espontáneamente. No sé si nadie pensó en una mujer para ir de farra, o si nadie visualizó a mujeres de primera fila en esos campos, o si nadie cayó en que las mujeres bebemos birra como cosacas, perdón, españolas. Y luego, una vez el informe sobre la mesa: ¿a nadie le cantó que no hubiera ni una chica en la lista? No sé qué es más deprimente. Entiéndaseme: no se trata ni de paridad ni de cuotas ni de feminazismo ni de injerencia en la libertad de respuesta de la peña. Es perplejidad de piedra pómez. No hace tanto, el coñac Soberano sostenía que era cosa de hombres, con dos testículos. No creo que los cerveceros estén por eso. Así que estoy por ofrecerme para salir de cañas con quien sea. Así me aireo y una clara o dos sí me tomo por la causa. Así que, venga: ¡otra de cañas, Manolo! O Maricarmen, que las camareras también existen.

FUENTE:   https://elpais.com/elpais/2018/04/18/opinion/1524067337_199558.html