Muchas leyendas rodean a este santo llegándose,
incluso, a dudar de su existencia.
Pero, guardando las distancias entre la leyenda y la
realidad, sepamos porqué se eligió a este santo como patrón de los enamorados.
Pero, como todos sabemos, las reglas están para
saltárselas y esto es lo que hizo Valentín, así que a escondidas del fiero
emperador, comienza a casar a las parejas que llegan hasta él para que no vivan
en el pecado del concubinato o amancebamiento.
Al llegar la noticia a oídos de Claudio lo manda a
decapitar en el año 270 y es enterrado el 14 de febrero, fecha en la que
comenzó a celebrase el día de los enamorados.
Paradójicamente, esta fiesta de amor y arrumacos
tiene el duro y cruel trasfondo del martirio por el que pasó Valentín cuando
fue apresado. Se cuenta que le arrancaron las uñas de las manos y los pies, le
rebanaron la lengua, le rompieron los huesos a mazazos y por si esto fuera poco
fue decapitado en la Vía Flaminia.
Fue el papa Gelasio I quien el año 498 lo convirtió
en el patrón de los enamorados.
Otra de las leyendas nos dice que se eligió este día
porque es el momento del año en la que los pájaros empiezan a emparejarse.
Con leyenda o sin ella, la iglesia celebra el 14 de
febrero el día de San Valentín cosa que aprovechan los grandes comercios para
hacer su agosto.
El pionero en hacer de esta fiesta un negocio fue
José Fernández Rodríguez, más conocido como Pepín Fernández, propietario de Galerías
Preciados quien viendo el chollo quiso hacer lo mismo con el día del niño y de
la madre, pero no tuvo éxito en su momento.
Celebremos este día con el mejor regalo, el regalo
del amor.
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