jueves, 21 de septiembre de 2017

Traída del agua en cacharros



Las mujeres tenían un arte especial para colocarse el cacharro en la cabeza con la ayuda de un ruedo, mientras que los hombres usaban unos ganchos para llevarlos de dos en dos

*Por María Sánchez
Los antiguos pilares fueron, durante muchos años, el lugar que propició que en los hogares se dispusiera de agua para; lavar, asearse y el riego de las plantas que en aquellos años tanto proliferaban en nuestros patios. Hacia ellos se dirigían muy de mañana mujeres, hombres y niños para abastecerse del preciado líquido.

Se consideraba también lugar de reunión para los vecinos donde se hablaba de todo, lo que hoy llamamos redes sociales, pues de igual modo nos enterábamos de quien había fallecido, de aquel que emigró a Cuba o de la mujer que salió “cascabelera”
Las familias pudientes contrataban a mujeres u hombres, para que les (acarreara) el agua hasta sus casas. Las mujeres tenían un arte especial para colocarse el cacharro en la cabeza con la ayuda de un ruedo, mientras que los hombres usaban unos ganchos para llevarlos de dos en dos.
En nuestra ciudad tuvimos varias de estas personas que se hicieron populares por ser portadores del agua a domicilios como; Chano el del agua o Calixta entre otros. Por unas pesetas hacían este trabajo y con eso iban sobreviviendo. 
A ellos, con respeto, dedico este artículo
En Telde se disfrutaba de varios pilares donde se juntaban, no solo las mujeres para recoger el agua y charlar con amigas y vecinas, también se unía algún “palanquín” merodeando por si podían sacarse unas perrillas para tomar el pizco de ron o comprarse sus cigarros Mecánicos.
A toda esta variopinta reunión de diversos personajes, se unían un revoltillo de chiquillos esperando ser llamados para ayudar y, así, sacarse unas perras para comprar golosinas. 
De este modo se abastecían las casas de tan preciado líquido hasta que, para bien de los ciudadanos el agua fue llevada a las casas por medio de tuberías.
Como recordatorio citaré algunos lugares donde se encontraban los, hoy entrañables, pilares: Cruz de Ayala, Final de la calle Palmito, el Roque o el Calero.
Saber que hoy podemos disponer de agua a toda hora, nos hace olvidar aquellos duros años y, lamentablemente, malgastarla sin tener en cuenta que no poseemos tanta como pensamos.

fuente: http://www.canariasopina.com.es/articulo/21564

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