Los arqueólogos han hallado treinta tumbas anteriores al siglo XIII, que podrían pertenecer a las primeras generaciones de constructores, albañiles y carpinteros que se instalaron en el promontorio rocoso
Las excavaciones arqueológicas realizadas el pasado mes de enero a casi un metro de profundidad han sacado a la luz una treintena de tumbas anteriores al siglo XIII, cuyos restos serán examinados y datados por radiocarbono "para determinar la edad, el sexo y las posibles enfermedades o deficiencias de los difuntos". Los restos óseos, tanto de niños como de adultos, están siendo analizados en el laboratorio del INRAP en Bourguébus y posteriormente se depositarán en un osario del Mont Saint-Michel.
Los arqueólogos se toparon con los esqueletos cuando en realidad estaban buscando los restos de una fortificación del siglo XIII y de la antigua puerta de la villa, mencionada en un texto del siglo XV. El cementerio de época medieval ocupaba un radio de unos treinta metros alrededor de la iglesia y, según parece, quedó abandonado en el siglo XIII. "Esta excavación plantea varias cuestiones científicas, sobre todo en lo que respecta al nivel del primer pueblo, del cual no sabemos nada. Hablamos del siglo VIII, pero no sabemos exactamente cuándo se estableció la primera iglesia", comenta Elen Esnault, la directora de las excavaciones.
Los esqueletos podrían pertenecer a las primeras generaciones de constructores, albañiles y carpinteros que se instalaron en el promontorio rocoso y que lo poblaron con sus familias, pero habrá que esperar hasta que se conozcan los primeros resultados científicos. Próximamente, los arqueólogos emprenderán excavaciones en el claustro de la abadía para conocer los niveles originales del suelo.
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