jueves, 16 de junio de 2016

"La Policía Nacional desarticula un grupo liderado por una madame nigeriana que explotaba sexualmente a mujeres en Palma de Mallorca"









Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización criminal dedicada a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual asentada en Palma de Mallorca. La máxima responsable de dicha organización era una mujer nigeriana que residía de forma permanente en la isla. Entre su círculo más cercano destacaban dos hermanos, uno de ellos asentado en Vitoria y otro en Alemania, con los que lideraba la organización. En la operación han sido detenidas nueve personas y seis mujeres han podido ser liberadas, las cuales habían contraído una deuda con la organización criminal cercana a los 30.000 euros.

Peligrosas travesías desde Libia a Italia

Con las primeras pesquisas los investigadores descubrieron que el entramado disponía de una sólida estructura, tanto en el país de origen como en los de tránsito. Una vez que captaban a las mujeres en Nigeria las llevaban hasta Libia. Una vez allí recurrían a dos pasadores especializados en el cruce de fronteras que se encargaban de trasladarlas hasta Italia. Para este tramo del viaje utilizaban embarcaciones en pésimas condiciones de navegabilidad, poniendo en peligro la vida y la integridad física de las mujeres. Los traficantes recurrían a esta vía porque les permitía abaratar costes, incrementando las ganancias obtenidas. La organización exigía a los pasadores el traslado inmediato de las víctimas con el fin de que no permanecieran en ningún punto más tiempo del que consideraban necesario, de tal modo que aunque las condiciones marítimas no fueran las adecuadas el viaje se realizaba, lo cual incrementaba aún más el peligro para las víctimas.

El nivel de profesionalización alcanzado por los miembros de la organización era tal que los agentes pudieron comprobar que en el mismo momento en el que se estaban practicando las detenciones en España, otras cinco víctimas de la organización estaban navegando con destino a Italia.

Una vez en suelo italiano, otras dos personas eran las encargas de adquirir los billetes de avión, desde distintos aeropuertos del sur de Italia, con destino a Palma de Mallorca. Para evitar que durante el trayecto pudiera surgir cualquier problema, la organización enviaba personas afines a la misma desde España para que acompañaran a las mujeres en todo momento. Estas personas portaban los pasaportes de las víctimas y permisos de residencia falsos. Precisamente en unos de esos vuelos fueron detectados por la Policía Italiana amparada por Europol.

Férreo control para evitar la acción policial

Cuando las jóvenes llegaban a Palma de Mallorca eran informadas de que habían contraído una deuda con la organización por valor de unos 30.000 euros y que para devolverla debían trabajar para ellos ejerciendo la prostitución en las calles de las principales zonas de ocio durante largas jornadas.

Para evitar su detección por parte de la Policía, las víctimas eran primero trasladadas a pisos habitados por miembros de la organización. Posteriormente las llevaban a otros en los que convivían con sus controladores más cercanos, los cuales hacían un seguimiento personal absoluto sobre ellas, hasta el punto de no facilitarlas llaves de la vivienda para que así, al volver después de realizar su trabajo, tuvieran que llamarles a su teléfono móvil. Las víctimas convivían en condiciones precarias y permanecían hacinadas en pequeños habitáculos, lo que contrastaba con el elevado nivel de vida de los explotadores.

El modus operandi utilizado para captar a las mujeres era la falsa promesa de un trabajo en Europa. Una vez convencidas eran sometidas a rituales de vudú con los que juraban un contrato de fidelidad a la red. En caso de incumplirlo serían víctimas de todo tipo de males, tanto ellas como sus familias, siendo incluso amenazadas de muerte. Además, como requisito obligatorio para este ritual era necesario que estuviera presente un familiar directo de ellas.

Nueve detenidos y seis víctimas liberadas

La operación ha culminado con la detención de nueve personas y se ha conseguido liberar a seis víctimas. Además se han realizados varios registros en los que se han intervenido efectos para la práctica de   rituales de vudú, consistentes en botellas con contenido líquido y polvos asociados a los nombres de las víctimas, anotaciones manuscritas con nombres de clubes de alterne, documentación original de las víctimas y 1.400 euros en efectivo procedente del ejercicio de la prostitución.

La operación ha sido llevada a cabo por la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras y las UCRIF de Palma de Mallorca, Bilbao y Vitoria.

“Con la trata no hay trato. Denúncialo”

Esta operación se enmarca dentro del Plan de la Policía Nacional contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual, que puso en funcionamiento la Dirección General de la Policía en 2013. Con este plan se activó la línea telefónica 900 10 50 90 y el correo trata@policia.es para facilitar la colaboración ciudadana y la denuncia, anónima y confidencial, de este tipo de delitos.

Gracias a la colaboración ciudadana a través de dichos medios, la Policía ha recibido más de 5.300 comunicaciones, de las que se han derivado  un total de 478 investigaciones.

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