Arqueólogos de la Universidad de Durham en Reino Unido, encontraron, bajo la biblioteca de su centro educativo, 1.700 esqueletos de soldados escoceses prisioneros tras la batalla de Dunbar en 1650, se conoció hoy.
Anwen Caffel, uno de los descubridores, indicó que todos los cadáveres eran de varones entre 13 y 25 años. El experto apuntó que los esqueletos mostraban muy poca evidencia de traumas curados, lo que sugiere que no poseían experiencia bélica antes de combatir en esa contienda.
Por otro lado, los investigadores señalan que parte de las personas apresadas murieron por las heridas recibidas durante la lucha, y otros fallecieron de hambre o víctimas de enfermedades.
Los cadáveres fueron enterrados en fosas comunes, de un poco más de un metro cuadrado. Las dos fosas, debajo de la Universidad de Durham, habían estado ocultas durante casi cuatro siglos.
El análisis científico se llevó a cabo para averiguar la procedencia de los presos; y los resultados indicaron que los soldados venían de países como Escocia y Holanda. Los científicos llevaron a cabo una datación por radiocarbono para confirmar la fecha de muerte y el tiempo exacto que vivieron los soldados.
Tres años antes, los arqueólogos de la Universidad de Durham comenzaron a excavar en un sitio en el campus de una propuesta de adición a la biblioteca de la escuela, pero el trabajo se interrumpió cuando los investigadores descubrieron restos de dos fosas comunes.
Este hallazgo, publicado por la revista Live Science, revela datos de una de las batallas más cortas, pero más sangrientas de las guerras civiles inglesas, apuntaron los arqueólogos.
Según los especialistas, los restos pertenecen a varios prisioneros capturados por Oliver Cromwell, un controvertido líder inglés que libró una exitosa campaña militar contra los realistas en la guerra civil del siglo XVII.
Además, este militar derribó la monarquía y ejecutó al rey Carlos I en 1649, y luego creó la Mancomunidad de Inglaterra.
rc/cdg
Fuente: Prensa Latina
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