martes, 5 de abril de 2016

El día que el Seprona avaló a Loro Parque



Francisco Suárez Álamo  / Puerto de la Cruz

En el mundo real, las denuncias se presentan, se admiten o no, siguen o no su curso y se sustancian, tras la necesaria sentencia judicial, en una condena o una absolución. En el mundo virtual, ese otro que ha nacido gracias a Internet y las redes sociales, el curso de las denuncias es otro: se admitan o no, se ganen o se pierdan, pueden permanecer como si nada hubiese pasado por los siglos de los siglos... y además son accesibles a todos los habitantes del planeta.
Algo de eso es lo que ha pasado con la denuncia presentada el 27 de agosto de 2015 por la organización ecologista PETA (sigla que corresponden en inglés a Personas por un Tratamiento Ético a los Animales), una agrupación muy contundente en su puesta en escena y muy activa en las redes sociales y que acudió a Internet para contar que había puesto en conocimiento del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil el supuesto maltrato dispensado por Loro Parque a una de sus orcas más famosas: Morgan.
Si se entra hoy en cualquier buscador de Google y se ponen las palabras PETA, Morgan y Loro Parque, abundan las reseñas al respecto. Lo que no aparece, probablemente porque a PETA no le interese, es lo que concluyó el Seprona en un informe con fecha del 19 de agosto de 2015. Y que dice así en su último párrafo: «El equipo instructor no encuentra elementos que puedan considerarse objetivamente constitutivos de infracción, tanto en el ámbito de situación jurídica del animal, como en lo relativo a su condición física».
Varada en Holanda. Para situarnos en la historia hay que remontarse al año 2010. Es entonces cuando el nombre de Morgan salta a la palestra. Cerca de las costas de Holanda aparece un ejemplar de orca, varada y, como recuerda el Seprona en su informe, «en un estado poco saludable, determinando los técnicos que intervinieron a requerimiento de los guardacostas holandeses abrasiones de diversa naturaleza y un peso por debajo de lo que sería normal para la edad del ejemplar, que rondaría unos dos años».
La orca es llevada al acuario de Hardewijk, donde se inician los trabajos para determinar de su grupo familiar con intención de reintegrarla. Pero como esos trabajos no dan resultados, los expertos del delfinario deciden «consultar a un grupo de científicos internacionales», que concluyen que liberar a la orca en el mar supondría «casi con total seguridad la condena a una muerte lenta».
En 2011, las autoridades holandesas resumían la situación en dos alternativas: una especie de eutanasia de la orca o trasladarlo a un lugar donde conviviera con otros de su especie, opción ésta para lo que no estaba preparada el acuario de Hardewijk. Y es ahí donde entra en escena Loro Parque, que recibe autorización de Holanda para el complejo proceso de traslado de la orca.
Se abre entonces una batalla legal, pues diferentes organizaciones que abanderan la protección de los animales recurrieron a la Justicia. Fue el caso, entre otras, de Whale and Dolphin Conservation, Orca Coalition, Proyecto Gran Simio y Free Morgan Foundation. La respuesta a esos frentes judiciales llegó en abril de 2014, cuando el Tribunal Supremo dictó sentencia firme avalando el traslado a Loro Parque.
Ya en las instalaciones del parque del grupo Kiessling en el Puerto de la Cruz (Tenerife), Morgan se ha integrado con otras orcas y esa historia de recuperación de un animal condenado a una muerte casi segura en Holanda es uno de los atractivos del Loro Parque. Pero no han terminado ahí las denuncias, pues periódicamente diversas organizaciones lanzan comunicados o acuden a la Justicia alegando que las orcas, como otros animales, están siendo objeto de maltrato y que su estado físico se deteriora a pasos agigantados.
Eso es lo que hizo PETA en agosto de 2015 y eso es lo que llevó a un equipo del Seprona desplazado desde Madrid a plantarse en Loro Parque para realizar una detallada inspección. En la misma no solo se centraron en el caso de Morgan sino que dejaron constancia de que Loro Parque cumple con la normativa europea y española respecto a este tipo de instalaciones, incluida la Directiva Europea de Zoológicos de 1999 que exige que estos deben desempeñar «debidamente su importante papel en la educación pública, la investigación científica y la conservación de las especies». Además, los parques zoológicos han de fomentar «la educación y la toma en conciencia del público en lo que respecta a la conservación de la biodiversidad, en particular facilitando información sobre las especies expuestas y sus hábitats naturales».
Informes externos. El Seprona manejó además informes favorables a Loro Parque de la Viceconsejería de Medio Ambiente y la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias, así como de centros veterinarios acreditados, como el Marine Mammal Veterinary Services de Brujas (Bélgica) y el International Zoo Veterinary Group de West Yorkshire (Reino Unido). Y también de la Facultad de Biología de la Universidad de La Laguna.
Con todos esos elementos en la mano, el Seprona concluye que el traslado de Morgan a Loro Parque «se ajusta a la diferente normativa aplicable»; que todas las denuncias presentadas desde 2010 «hasta el momento presente» «han culminado con sentencias firmes sobre la legalidad de la estancia del ejemplar denominado Morgan en el centro Loro Parque»; que la supervivencia en el medio natural de la citada orca «sería imposible al mostrarse incapaz de relacionarse con otros congéneres y, mucho menos, poder cazar por sí mismo», todo ello fruto, en gran medida, de una deficiencia auditiva que ya tenía cuando apareció en la costa; y que las lesiones de las que alertó PETA «son incluso de menor entidad con respecto a las que serían habituales en el medio natural, pues ha de tenerse en cuenta que este tipo de daños corporales son habituales incluso en estado salvaje». «El estado general de las orcas del centro Loro Parque», sentencia el Seprona, «es correcto».Ahora queda que PETA y otros denunciantes lo reflejen en Internet y lo incorporen en sus páginas webs pero esa es otra historia.

fuente : http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=414499

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