sábado, 30 de abril de 2016

Bélgica suministrará yodo a toda la población por si hay un atentado nuclear


Definitivamente, los gobiernos europeos han sucumbido a la manipulación informativa y parece ya clara su disposición a permitir el holocausto de sus poblaciones antes que admitir que este viejo continente tiene con el islam un problema de supervivencia. Por muy repugnante que resulte admitirlo en esta crisis civilizacional, el terrorismo islámico amenaza ya con nuevas modalidades de terror de proporciones apocalípticas. Vivimos en el alambre, aunque los dirigentes europeos se obstinen en convencernos de lo contrario.
Toda la población de Bélgica recibirá pastillas de yodo con carácter preventivo, anunció la ministra de Sanidad, Maggie De Block, y que recoge hoy la prensa nacional. Acotó que es sólo por si se produce un accidente nuclear, un argumento que invalida la existencia en el país, durante décadas, de centrales nucleares, sin que nunca se hayan tomado medidas tan graves y drásticas como la que ahora se anuncia. Esta decisión se produce semanas después de las advertencias sobre la amenaza de que el Estado Islámico fabrique una ‘bomba sucia’ (artefacto pensado para esparcir material radiactivo sobre la población) mediante el secuestro de un experto nuclear.
La ministra pretende que se ignore este hecho. Y que el desafío de los terroristas islámicos se nutre de la presencia en el país de cientos de yihadistas favorecidos por la permeabilidad de las políticas de extranjería. Durante años, las autoridades no sólo de Bélgica sino de toda Europa han querido persuadirnos de que el fiero tigre se trataba tan sólo de un un inofensivo gato. Ni siquiera ahora, cuando el instinto criminal del salvaje felino amenaza con desgarrarnos la piel en jirones, son capaces de admitir el engaño. Mientras los yihadistas han puesto precio a nuestras cabezas, los gobiernos europeos siguen frivolizando con nuestra seguridad colectiva. Nada parece importarles, salvo el mantenimiento de los intereses de la élite mundialista, a la que sirven.
En caso de un atentado nuclear, las tabletas de yodo pueden ayudar a aliviar los efectos del yodo-131, que es uno de los elementos radiactivos más dañinos que pueden ser liberados, a pesar de tener una vida media de tan solo ocho días. El yodo-131 causó alrededor de 5.000 muertes por cáncer de tiroides después del desastre nuclear de Chernóbil en 1986.
Los temores sobre las centrales nucleares se enfocan en “un accidente en el que alguien detone una bomba en el interior de una planta”, sostiene Sébastien Berg, portavoz de la agencia federal de Bélgica para el control nuclear.
Armas biológicas de fabricación casera
A finales del mes de marzo salió a la luz que los terroristas que perpetraron los atentados en Bruselas, matando a 31 personas, primero planeaban atacar plantas nucleares del país, pero cambiaron de objetivo cuando fue arrestado uno de sus cómplices. Como evidencia de estos planes, los hermanos Jalid y Brahim el Bakraoui colocaron una cámara oculta en la parte delantera de la casa de un director del programa de investigación nuclear belga. El ejecutivo tenía acceso a isótopos radiactivos en el centro de investigación nuclear del país. También han estado implicados en un intento terrorista para dispersar material radiactivo sobre un área poblada de Bélgica. Se sabe que una instalación nuclear belga fue filmada en secreto por los yihadistas en 2015, según admitieron sus responsables. El mismo día de los atentados, tras los ataques, las centrales nucleares de Doel y Tihange fueron evacuadas.
Asimismo, el 26 de marzo, un hombre que trabajaba como agente de seguridad en una central nuclear en Bélgica fue asesinado el jueves 24, dos días después de los atentados, y su pase de entrada fue robado.
Dos días después, las autoridades belgas retiraron los pases de entrada a la central nuclear de Tihange a varias personas y redujeron provisionalmente la plantilla, además de reforzar el dispositivo de seguridad con guardias privados, policías locales y federales y militares.
Ello hizo pensar que las centrales nucleares de Bélgica pudieron ser objeto del plan original de los terroristas que finalmente atentaron contra el aeropuerto de Zaventem y en la estación de metro de Maelbeek, un extremo que desmintieron posteriormente las autoridades belgas.
El gobierno federal belga ha aceptado ahora ampliar la medida a 100 kilómetros a la redonda de las centrales nucleares belgas, frente a los 20 kilómetros actuales, por recomendación del Consejo superior de Salud y la agencia federal de control nuclear, detalla la “Libre Belgique”.
En Bélgica hay dos centrales nucleares en activo, Doel y Tihange (norte y este del país), pero la medida también afecta a las poblaciones cercanas a la central holandesa de Borssele y a la francesa de Choo.
Fuentes de la inteligencia europea han alertado de que el Estado Islámico trata de desarrollar armas biológicas de fabricación casera como las descubiertas a una célula yihadista en Marruecos el pasado mes de marzo. El Centro de Tecnologías Moleculares Aplicadas (CTMA, por sus siglas en francés) de Bélgica confirmó que los frascos de cristal incautados a los terroristas contenían “sustancias biológicas con capacidad de paralizar y destruir el sistema nervioso y provocar la muerte”
Todas estas informaciones han sido ocultadas a la opinión europea. Sólo las filtraciones procedentes de la Policía, los servicios de inteligencia y las propias autoridades nucleares nos permiten saber que Europa vive sobre un volcán, aunque sus gobiernos traten de convencernos de que lo hacemos sobre un lecho de rosas.
http://www.alertadigital.com/2016/04/30/belgica-suministrara-yodo-a-toda-la-poblacion-por-si-hay-accidente-nuclear/

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