'Stop Garoña. Stop nucleares'. Son los dos mensajes que se podían leer esta mañana en las pancartas que nuestros escaladores han desplegado en la fachada del Consejo de Seguridad Nuclear(CSN) en Madrid. La acción ha tenido lugar antes de la celebración del Pleno que este organismo regulador tiene cada miércoles. Plenos en los que se tratan, entre otros temas, la posible reapertura de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), la más antigua de toda la Unión Europea.
Desde Greenpeace hemos pedido reiteradamente al CSN que paralice el proceso para la reapertura de Garoña, después de que en la última reunión se aprobaran varios informes que allanan el camino para que Garoña pueda operar hasta los 60 años. Con esta decisión, el presidente del CSN, Fernando Martí, ha hecho oídos sordos a la mayoría del Parlamento -todos los grupos parlamentarios menos el PP-, que el pasado martes 2 de febrero pidieron a través de una carta que paralizara el proceso de evaluación hasta la formación de un nuevo Gobierno.
En el peor de los escenarios, si finalmente se reabre Garoña, estaríamos apostando por mantener una tecnología obsoleta y peligrosa, y asumiendo un riesgo innecesario para toda una región y para cientos de miles de personas. Y además cuando ya existen alternativas renovables eficientes, sostenibles y seguras. Por eso, desde Greenpeace vamos a seguir denunciando estas maniobras que solo buscan favorecer los intereses económicos particulares frente a los de la ciudadanía.
No queremos alargar la vida de la central nuclear más antigua de la Unión Europea. No queremos una energía nuclear que hipoteque con residuos radiactivos a las generaciones futuras. Ayúdanos a seguir denunciándolo y a seguir luchando por un modelo sostenible y seguro.
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