lunes, 6 de julio de 2015

“A los diez días sufrimos el primer ataque de morteros”


A muchos militares se les ha suministrado el antimalárico Mefloquina que causa como efectos secundarios suicidios, trastornos y comportamientos extraños, pero jamás se les ha informado de dichos efectos.
Nunca se han tratado las consecuencias que han sufrido los militares después de permanecer en zonas en conflicto, ya fuese por el mencionado antimalárico o por el estrés postraumático. 
Ello se debe a que nuestros militares solo acudían a misiones humanitarias por lo que no había motivo para ello.
Esta es la forma en la que se ha tratado a los militares de tropa después de volver de los conflictos: ningún seguimiento psicológico, ningún tratamiento, ningún cuidado, nada. Cuando un militar enfermaba o tenía trastornos psicológicos era expulsado de la forma más rápida posible. A día de hoy se desconoce el número de suicidios entre los militares o el de aquellos que han sufrido secuelas físicas o psíquicas después de los conflictos.
La carta
Bueno pues mi llegada a Diwaniya fue el 16/12/2003, después de una amplia preparatoria para Kosovo de la cual fui apartado para incorporarme a la de Irak.
Una vez llegados allí en diferentes vuelos hasta llegar la compañía. Al completo para después así empezar con nuestras rutinas de patrullas, guardias, etc.
No llevábamos apenas diez días cuando tuvimos el primer ataque con morteros de los insurgentes, buen recibimiento. Supuestamente en una misión humanitaria que con el paso de los días la tensión entre militares e insurgentes iba aumentando con el paso de los días.
La seguridad tanto en Diwaniyah como en Najaf iba en aumento tras los recientes ataques, que cada día eran más tensos, recuerdo que una tarde en la que teníamos descanso para aprovechar para asearnos, ir al WC “atascados e infectados a más no poder” nos pusieron alerta ya que una sección de mi compañía había sufrido un ataque con granadas de mano en una patrulla, hiriendo a varios compañeros, más o menos siempre teníamos el mismo itinerario, así pues un día u otro era de esperar que pasaría algo.
Una noche esperando ordenes preparados para salir a patrullar de noche, escuchamos por radio que nuestro capitán y compañeros que iban en el BMR habían sufrido un ataque con un lanzagranadas alcanzando a todos menos al conductor y causando heridas de gravedad, a partir de aquella noche empezábamos a entender cada vez más que la misión humanitaria a la que supuestamente habíamos venido quedaba bastante atrás por los acontecimientos.Las patrullas y las guardias ya no eran lo mismo, se salía con arma cargada y sin seguro, preparados para cualquier movimiento enemigo.
Los componentes del Batallón del Saboya Nº6 de Badajoz sufrieron en Najaf una grandísima manifestación armada de insurgentes, realizando actuación inmejorable cuando sufrían este ataque, con todo tipo de armamento, estuvieron durante horas controlando la situación hasta sin munición, enormes compañeros, grandísima actuación, algo que ellos y nosotros recordaremos de por vida en que el famoso 4 de Abril de 2004 esos enormes soldados del Saboya hicieron historia en el ejército español. (nota: la “Batalla de Najaf” o “Batalla del 4 de abril” es una de las más importantes que se han producido en las últimas décadas pero también de las más desconocidas. Está narrada de forma novelada en el libro “Un paso al frente”).
Quedaban ya pocos días para que empezaran los vuelos de regreso a España. La misión había hecho un cambio radical en ambos aspectos, es vergonzoso pensar en la misión humanitaria en la que nos habían metido por intereses políticos, una misión escasa en comida, en condiciones nada humanas, falta de higiene o por tiempo, o instalaciones, a veces sin desayunar, llegabas de misión y el comedor cerrado, etc, etc, etc…
Hasta que otro interés político prometió sacar las tropas si ganaba las elecciones y así fue, nuestro relevo en Diwaniyah y Najaf fueron enviados a casa después de dichas elecciones.
Llego mi hora de volver a España otro día que quizás jamás olvidaré por la forma de retorno y la poca protección que teníamos en el trayecto, la tropa fuimos trasladados en camiones y para como estaban las cosas éramos un blanco perfecto sin protección, una simple lona no hubiera sido nada efectivo.
Afortunadamente después de unas 7 horas en camión llegamos a Kuwait, donde la tranquilidad llegó después de varios meses de tensión y más tensión, que la grandiosa misión humanitaria en la que habíamos participado, eso sí, de la cual estoy súper orgulloso de haber formado parte con los compañeros del Saboya y Los Caballeros Legionarios, un compañerismo fabuloso entre toda la tropa.
Una vez todo el contingente juntos en Badajoz en la Base General Menacho de la Brigada de Extremadura XI, tuvimos un desfile de fin de la misión, de una misión de la que poco se habló, se cerró página enseguida sin apenas ser valorados.
Algunos como yo tuvimos la gran suerte de disfrutar de cuatro o cinco días de vacaciones e incorporarnos a maniobras semanales, de la cual algunos vinimos hasta con días de arrestos, supuestamente no nos tomábamos las maniobras tan enserio como deberíamos porque sin munición ni cargador no llevábamos la aleta selectora en la posición se seguro, que nos olvidáramos de Irak y que cambiáramos el chip, a la cual por contestarle me gané 4 días más, al decirle “las maniobras son adiestramiento para el combate, del cual hemos venido y sufrimos más que usted aquí, que se quedo en su armería para no ir a Irak, y usted no es el más indicado para reprocharnos con desprecios e insultos”, me perdonaron los 8 días de arresto gracias a mi jefe de sección a cambio de otra maniobra más, la cual acepté, al menos recuperaba 3 días.
Después de acabar las dos maniobras y preparándome el examen para cabo, empecé a notar cambios en mi personalidad, no dormía, apenas comía, me molestaba cualquier ruido, hasta que varios compañeros me aconsejaron visitar al Teniente médico y contarle que me pasaba, fueron pasando los días y mi presencia en el médico era más frecuente, el Teniente médico, una bellísima persona a la que le estaré eternamente agradecido por su ayuda y sus consejos, escribió una carta al Coronel explicándole mi situación y con ello consiguió unirme las vacaciones de la misión y las de verano y mandarme a casa a intentar mejorar un poco mi problema, del cual me pegue 15 días aislado en el Hospital con ansiedad y arritmias cardiacas, desde la misión al ingreso en el hospital había perdido 14 kilos, me diagnosticaron trastorno de ansiedad y cambios de personalidad, arritmias cardiacas, un sinfín de problemas derivados de una misión humanitaria en la cual compañeros se quedaban sin munición, la munición de los morteros en mal estado, compañeros heridos, un comandante fallecido de la Guardia Civil, pero como era humanitaria, el problema sería yo, que sería un escaqueado.
Empecé a tomar 8 pastillas diarias hasta aumentarlas a 10, Escitalopran, Dobupal, Zyprexa, para los menos entendidos. Así pues unos meses más tarde y tras pasar por el tribunal médico de Madrid en el Hospital Militar Gómez Ulla me indicaron que no reunía las condiciones psicofísicas para las Fuerzas Armadas y mi exclusión total con C-5, hubo al menos 7 casos más de soldados y un Cabo después de venir de la gloriosa misión humanitaria de Irak.
Después de haber formado parte del ejército desde los 17 años por voluntariado en el Regimiento Inmemorial del Rey Nº1, y te das cuenta que después de tantos años, habiendo participado en chapapote en Galicia, incendios, maniobras en Portugal, Melilla, etc… te dan a entender que somos números, pero no números cualquiera, sino simplemente Cero, pero a la izquierda, que cuando no les interesas te ponen de patitas en la calle sin importarles una enfermedad de por vida, como a varios compañeros más, cómo a la chica que expulsaron por un cáncer, a Cabos 1º en plena misión en Irak, como varios casos más, diez años más tarde afortunadamente y después de tener que cambiar de zona de vida, de mi lugar, trabajo y familia, sigo en tratamiento, claro está que de por vida, pero claro como la misión era humanitaria y estábamos todos los días jugando al parchís, el problema de mis compañeros de la misma enfermedad que yo, es que somos escaqueados.
Pero siempre quedará que había pasado si no hubiera ido, cosa que debería de hacer, de la cual me siento muy orgulloso, de todos los militares que fuimos a dicha misión, enormemente orgulloso del trabajo que hicimos.
Para finalizar agradecer al MINISTERIO DE DEFENSA por utilizarnos a todos como marionetas a sus antojos y cada problema se solucione con silencios, pasar páginas o despidos.
fuente : http://blogs.publico.es/un-paso-al-frente/2015/06/27/1598/

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