A falta de tres días para que se celebre la gala de los Oscar, ha aparecido en el Paseo de la Fama de Los Angeles una estatuilla representada esnifando cocaína.
El autor de esta sorpresiva escultura es un antigua miembro de la Academia de la Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, Plastic Jesus.
La pose de la estatua era escandalosa: un Oscar a cuatro patas y esnifando dos rayas de cocaína. La escultura lleva una placa que dice: "A la mejor fiesta de Hollywood".
La imagen de la pieza artística ha sido difundida por el propio artista, quien la ha ido colocando por distintas estrellas de este bulevard, entre ellas, las de Elvis Pressley. También frente a una tienda de ropa, cuyos guardias de seguridad flanqueaban la estatua.
Uno de los colaboradores del artista, Nick Stern, ha explicado que se trata de una "forma de llamar la atención sobre el problema de la drogadicción oculta en Hollywood".
Pero esta llamada de atención tan poco decorosa no es la primera del artista. El año pasado, apenas dos semanas después de la muerte de Philip Seymur Hoffman por sobredosis, ya expuso una estatuilla parecida en plena calle. La diferencia es que la primera representaba a un hombre pichándose en el brazo una dosis de heroína.
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