Para que el bloque de hielo se mantenga en equilibrio, es preciso que la fuerza ejercida por el hielo sobre el agua, su peso, iguale a la fuerza que el agua ejerza sobre el hielo.
Según el principio de Arquímedes, el hielo se sumerge de manera que desplaza una cantidad de agua que tiene el mismo peso. Si el agua y el hielo tuvieran la misma densidad, el hielo estaría totalmente sumergido en posición indiferente, sin hundirse y sin sobresalir.
El hecho de que el hielo sea menos denso que el agua tiene importantes consecuencias para la vida como se puede ver aquí.
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