viernes, 21 de noviembre de 2014

Inteligencia y sensibilidad militar. Paco Déniz


Cuando terminamos de colocar las tiendas de campaña se oyeron disparos se armó un revuelo. Habían divisado algo parecido a una nutria al otro lado del riachuelo y los mandos militares le disparaban. No recibieron órdenes de nadie, ellos eran los sheriffs en aquel paraje protegido de Huelva en la linde con Portugal. Como los empujé y obstaculicé los disparos, me arrestaron. Pero creo que el bicho se salvó, huyendo de esas bestias.

En Pájara tiemblan las ventanas y la tierra cada vez que los militares la ocupan con fuego real. Desaparecen yacimientos, y se priva a la gente de sus tierras y algunas playas maravillosas como la de Amanay. Aparecen las chozas de pescadores de más de doscientos años, todas quemadas y derribadas.
En altamar envisten al abordaje a una zódiac con personas desarmadas en un acto estrictamente simbólico y pacífico para expresar lo que muchas personas desean en tierra. El ministro dice que eran piratas, pero pudo morir una piba. ¡En alta mar!
Sinceramente, creo que la teoría del enemigo interior sigue dominando la neurona militar.
*Francisco Déniz es Doctor en Sociología y profesor de la Universidad de La Laguna.
http://juanglujan.wordpress.com/

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