martes, 4 de noviembre de 2014

10 sencillos pasos para comprender la ciencia del clima

Entrada de blog por Tatiana Nuño

El pasado domingo, el Grupo de Expertos sobre Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC), presentó su último informe de síntesis, escrito por miles de científicos. El informe es muy importante, pero también un poquito difícil de digerir, por eso quiero haceros un resumen comprensible de los últimos datos del IPCC y otros descubrimientos recientes sobre lo que realmente queremos saber: ¿Cómo de grave es el cambio clim
Los países ricos ya han emitido grandes cantidades de CO2 que nos llevan a la mayor parte de la culpa de los cambios climáticos que estamos viendo ahora. Irónicamente, los que han contribuido menos al problema, los más pobres del mundo, serán los más afectados. En el medio hay países como China desarrollándose rápidamente, donde las emisiones por persona ya superan a las de Europa y podrían llegar a ser los que cambien realmente las reglas del juego en la acción climática.
Si dañas la propiedad de otra persona, pagas por ello. Eso es lo que llamamos justicia. Si queremos que los países con diferentes niveles de responsabilidad, capacidad y vulnerabilidad cooperen, tenemos que aplicar los mismos principios de justicia en la lucha frente al cambio climático. Los que contaminan deben pagar.
La aplicación de este principio debe empezar para las grandes empresas contaminantes. Ahí, donde las grandes cantidades de dinero se apoyan, en la explotación y la quema de los combustibles fósiles.
Una amplia gama de fuentes alternativas de energía podrían utilizarse para sustituir a los combustibles fósiles, pero lo más importante: tenemos que aumentar la eficiencia energética. También tenemos que detener la deforestación, hacer la producción de alimentos más sostenible y sustituir los gases industriales nocivos y los procesados con alternativas limpias.
5. El carbón es el enemigo público número uno

El carbón es el más sucio de los combustibles fósiles y representa el 73% de las emisionesde la producción de electricidad, según la Comisión Mundial sobre la Economía y el Clima.
ático? y ¿qué podemos hacer al respecto?
1. Los políticos hablan, pero muy poco sucede
Los políticos pasan mucho tiempo hablando de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que causan que el planeta se caliente. Pero a pesar de todas sus charlas, las emisiones siguen creciendo. 
Entre los años 2000 y 2010, las emisiones de gases de efecto invernadero crecieron más rápido que antes. ¿La razón? Seguimos quemando carbón, petróleo y gas. Sin embargo el consejo que dan los científicos para el clima es claro: tenemos que acabar en su totalidad con las emisiones de CO2 producidas por las actividades del hombre.
2. Si no hay acción, las cosas se pondrán mal
Estamos agotando el tiempo y las consecuencias si no hacemos nada ya frente al cambio climático serán malas. Si no reducimos las emisiones, la vida en el planeta se va a poner muy calurosa, caótica e impredecible. El calentamiento global va a actuar como un viejo y roto microondas. Algunas partes del planeta experimentarán aumentos leves en la temperatura, mientras que otros van a arder.
Si no eliminamos las emisiones pronto, los incendios forestales apocalípticos, las olas de calor mortales y las pérdidas de producción de alimentos podrían llegar a ser lo habitual. Con las temperaturas del aire y del mar más altas, los fenómenos meteorológicos extremos van a suceder cada vez más, destruyendo viviendas y modos de vida.
Con la subida del nivel del mar, los estados insulares tropicales pueden quedar cubiertos por el agua y las principales ciudades como Londres y Nueva York se enfrentarán a serios problemas. Las tasas de extinción se acelerarán a lo grande y ecosistemas enteros podrían arruinarse.
Los científicos han identificado ciertos 'puntos de inflexión', puntos de no retorno a partir de los cuales no hay recuperación. Es difícil estimar cuál es el calentamiento exacto para llegar a estos puntos y todos los impactos que se desencadenarían en cascada, pero las posibles consecuencias de alcanzar uno o más de estos puntos de inflexión son tan graves que la única solución razonable es tratar de evitarlos mediante la limitación de aumento mayor de las temperaturas tanto como sea posible. 
3. Todavía podemos evitar el caos climático
Hasta el momento, la temperatura promedio de la superficie del planeta ha aumentado aproximadamente 0,85 °C en comparación con los niveles preindustriales. Esto ya ha sido suficiente para causar la aceleración del deshielo de los glaciares, del aumento del nivel del mar, de la migración de especies y así sucesivamente.
Los líderes mundiales han acordado reducir las emisiones lo suficiente para limitar el calentamiento a un máximo de 2 °C con la esperanza de evitar los peores impactos del cambio climático. Pero incluso 2 °C podrían causar serios problemas para muchas partes del mundo. Esta es la razón por la que más de 100 países están exigiendo que el calentamiento se limite por debajo de 1,5 °C.
La buena noticia es que, según el IPCC, aún es posible limitar el calentamiento a 1,5 °C o incluso menos. Para lograr esto, es probable que tengan que reducirse las emisiones de gases de efecto invernadero en algún lugar entre el 70% y el 95% para el año 2050. ¡Tenemos 35 años para hacerlo!
4. Necesitamos una transformación
Así que, ¿de dónde vienen las emisiones de gases de efecto invernadero y cómo nos deshacemos de ellas? Bueno, la gran mayoría de las emisiones provienen de la quema de combustibles fósiles: carbón, petróleo y gas natural. Si queremos evitar un cambio climático, tendremos que transformar nuestro sistema energético entero y dejar de buscar y quemar estos combustibles.
Sin embargo, entre 2000 y 2010, el consumo de carbón creció rápidamente, especialmente en Asia. Abandonar el carbón es clave para hacer frente al cambio climático. Por esta razón, es un gran alivio poder decir que parece que comunidades globales y gobernantes están empezando a darse cuenta de lo obsoleto y peligroso que es el carbón.
El uso del carbón provoca la contaminación del aire, la escasez de agua y otros daños a las personas y al medio ambiente. Deshacerse del carbón mejoraría la salud de muchas personas y salvaría muchas vidas. Según la Organización Mundial de la Salud, un millón de personas mueren prematuramente cada año a causa de la contaminación del aire a partir del carbón. En estos momentos, algunos de los cambios más influyentes se están tomando en China y EEUU. El crecimiento del carbón de China finalmente parece estar llegando a su fin y en EEUU el uso se ha reducido casi un 21% desde el año 2007. A medida que los inversores vayan dándose cuenta, los días del carbón están contados. La reputación del carbón está cambiando del "gran negocio" a "una inversión terriblemente pobre al largo plazo”.
6. La energía renovable está aquí, barata y lista para rodar
Esto es lo que hay de nuevo desde el último informe climático del IPCC en 2007: las energías renovables han experimentado un gran avance
Las energías renovables están creciendo rápidamente y se están volviendo mucho, mucho más baratas. El viento es ahora la fuente más barata de la nueva la electricidad en un número cada mayor de lugares, mientras que los precios solares han caído un 80% desde 2008 y se espera que continúe la caída. De 2005 a 2012 ¡la energía eólica creció cinco veces y la energía solar creció 25!
Las energías renovables cubren ahora una quinta parte de todo el consumo de energía del mundo y un poco más de la producción de electricidad. Según van las cosas, en 2030 sólo el viento podría proporcionar una quinta parte de la electricidad del mundo y para el 2050 el sol podría ser la principal fuente de electricidad mundial. A pesar de que el cambio ya está ocurriendo, tiene que suceder más rápido. Los gobiernos tienen que hacer aún más rentable la inversión en energías renovables en lugar de en los combustibles fósiles.
7. Podemos prescindir de la energía nuclear y de la CAC
En principio, la energía nuclear y la captura y almacenamiento de carbono (CAC) son tecnologías que podrían ayudar a reducir las emisiones. Pero en la práctica, no parece que esto vaya a suceder, no a gran escala.
La energía nuclear, que actualmente ofrece sólo el 10,8% del suministro de electricidad de todo el mundo, está decayendo. Los reactores de todo el planeta están envejeciendo y el desarrollo de nuevas plantas es caro e incluye costes ocultos. Y todavía no hemos encontrado la manera de deshacernos de los peligrosos residuos nucleares.
Además, según el IPCC, dejando fuera las nucleares no harbrá mucha diferencia en los costes para la reducción de emisiones.
En cuanto a la CAC, también es cara y no ha demostrado muchos resultados. De hecho, la CAC es tan cara de instalar y tan intensa en el uso de agua y energía que la tecnología simplemente no tiene sentido económicamente.
En la actualidad, el primer proyecto de escala comercial de captura y almacenamiento de carbono es el que entró en funcionamiento este año en Canadá, que usa la captura del CO2 del carbón para extraer más petróleo, que de otra forma sería inaccesible. Como resultado, el petróleo que de otro modo habría quedado en el subsuelo se está quemando. Difícilmente, es la solución que necesitamos (la CAC está incluida en muchos de los modelos de reducción de emisiones calculados por el IPCC sin embargo, hay formas de lograr la reducción de emisiones requerida sin prolongar el uso de combustibles fósiles con CAC. Así que no hay necesidad de esperar para nada, sino de actuar aquí y ahora con tecnologías que trabajan y aportan los mayores beneficios y los riesgos más pequeños.)
8. No, no se puede tocar 
Todavía hay un montón de carbón, petróleo y gas que puede ser excavado, extraído y fracturado desde dentro de la tierra. Esto es malo. Para detener los peores impactos del cambio climático, tenemos que dejar la mayor parte de los combustibles fósiles donde están. Si nuestro objetivo es mantenernos por debajo de 2 ºC, lo más que podemos darnos el lujo de utilizar es aproximadamente una quinta parte de las reservas.
Al resto hay que quitarle las manos de encima. Lo que significa también que la búsqueda de nuevas fuentes de petróleo es un desperdicio imprudente y costoso de tiempo.
9. Actuar no es caro. No actuar sí
Los científicos han tratado de averiguar cuánto va a costar hacer lo que se necesita para mantener el cambio climático antes de que se nos escape de las manos. No es mucho. La economía aún seguirá creciendo. Sólo, puede que crezca un poco más lento. Un poco.
De acuerdo con el IPCC, la disminución esperada en el crecimiento del consumo es de alrededor de 0,06%. Y esta estimación ni siquiera incluye los beneficios de la acción. Por ejemplo, la mortalidad de la contaminación del aire en China ahora está valorada en el 10% del PIB. Abandonando gradualmente los combustibles fósiles, lo más probable es que el dinero que ahorremos en la atención sanitaria a causa de un aire más limpio reviertan en los costes de la actuación.
El cambio a energías renovable es bueno para el empleo y el impulso económico de los países. Cuando China invirtió en tecnología solar en el año 2010, se crearon medio millón de nuevos puestos de trabajo. Según nuestro informe: 'La recuperación económica con Renovables' un sistema eléctrico 95% renovable, para la península en 2030, generaría en España más de tres millones de empleos y un ahorro medio en la factura de la luz del 34% respecto a 2012.
De cualquier manera, si no hacemos nada, los costes serán incontables.
10. Tenemos que trabajar juntos y tenemos que ser justos
Si vamos a transformar toda la industria energética en un corto período de tiempo, tendremos que trabajar juntos. Los políticos tendrán que intensificar y tomar medidas con un espíritu de distribución justa del esfuerzo.






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