domingo, 5 de octubre de 2014

Vuelvo, porque me lo piden…


cabras y tabaibas
… y lo hago con dos ejemplos -con los más de dos mil que pudiera poner-; pero, sabido es, que si me he retirado, lo es por un tiempo -el que tarde en escribir: “Tres siglos de la otra historia de Telde”, en la que me encuentro empleado a tope. Pues, ¡al grano!: que teniendo las cabras más hermosas del mundo, como son las del macizo del noroeste de la isla (dícese Güi-Güí), cuya leche sin ser ordeñada, se la mama toda las crías, y cuyos progenitores parecen becerr@s, dado que libres saltan por aquellos riscos pétreos y barrancos tras las hierbas propias de arroyos de aguas que van al mar,

 y que con cuadriles y pechos de asombro, por aquellos andenes, al ser biológicamente una especie única en el mundo, al adaptarse al medio (y que capturadas vivas, se mueren, porque se niegan a comer aunque estén en rebaños domesticados), el cabildo quiere acabar con ellas al estilo Oeste, ¡a tiro limpio! Y ello, para plantar 45.000 sabinas y cedros, donde no pega, ni prende absolutamente nada, y todo por un dinero Life, que les cae de Europa, la que ni vigila ni controla la viabilidad del proyecto, porque conocedor uno del lugar, por acampar por aquellos lares durante 36 años seguidos, sabe es un dinero ganado, para plantas perdidas, y ganado desaparecido (ignorando los del cabildo las cabras favorecen al biodiversidad). Y, a la altura de este mi comentario, la pregunta: ¿qué gobiernos cabildicio y el otro son estos, que tiran el dinero y matan animales cuyos ejemplares son únicos y excepcionales, siendo ellos, lo único que se cría en dichas altitudes y latitudes? Pero, el asombro llega a mayúsculo, cuando una empresa centenaria, no puede expandirse más allá -agotado el material (me refiero a la cantera de Arucas)- porque hay unas tabaibas de por medio que son y están protegidas (y se favorece antes a tres tabaibas que a 50 obreros que irán al paro, y una industria histórica al cierre); y ello, a pesar de tener cual planta invasora que capitaliza toda la isla la dicha planta lechera o lechosa (sin que su leche se tome, ni se haga queso con la misma), en cantidades tales que no se cuentan por millones los ejemplares de dicha arbórea, pues pasan de billones y billones al colonizar todo terreno baldío o abandonado, barrancos y montañas, laderas y tesos, ante la prohibición de cultivar o plantar algo en ell@s, al carecer de permiso el dueño y propietario y ser multado todo aquel que ose llevar una azada al hombro o una jose -hoz- en las manos. Pues, a pesar de ello, si usted se roza por una tabaiba, y le quita un gajo (o rama), prepárese para pagar una multa millonaria. ¿Qué gobierno tenemos que entrega el territorio todo a la explanación total de una planta que lo envenena  todo, y que si te rozas con el envés de la mano, y sudando te la pasas por la frente te quedas ciego tres días? Pues, como excepción -por el trabajo que ahora hago- , tenemos dos de los absurdos y ridículos mayores de idiotez sin cuento, para el Guiness de los récords: plantar árboles en Güi-Güí (gu-guy), y dejar todo-todo, se llene de tabaibas, sin más. Y nadie pide la disolución y desaparición de cabildo tal y lo otro. ¡De pena, usted, de pena!

El Padre Báez.

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