Por CRISTÓBAL GARCÍA VERA / CANARIAS-SEMANAL.ORG.- En la noche del pasado miércoles los vecinos de La Isleta, Las Coloradas y Guanarteme, en Gran Canaria, vivieron momentos de auténtico pánico y estupefacción. Sin saber qué era exactamente lo que estaba sucediendo, escucharon y sintieron cientos de explosiones que hicieron vibrar los cristales de sus viviendas y el interior de las mismas. Los residentes del barrio de Las Coloradaspensaron que se estaba produciendo un terremoto. Algunos alcanzaron a avisar al teléfono de emergencia 112. En otros lugares de la capital confundieron las tremendas explosiones con truenos, mientras cientos de mensajes de alarma se propagaban desde diferentes rincones de la capital e incluso de localidades como Telde o Arucas.
Se trataba de un ejercicio de “defensa antiárea” que provocó una justificada indignación entre los grancanarios que no tardaba en expresarse a través de las redes sociales. "¿No está prohibido realizar este tipo de maniobras a esas horas, tan cerca de una urbe y sin ni siquiera un aviso a la ciudadanía?"- se interrogaban algunos internautas que parecían no salir de su asombro.
El episodio bélico vivido en Las Palmas, sin embargo, no ha sido excepcional. A finales del pasado mes de abril el pueblo de Puerto Lajas, en Fuerteventura, era literalmene tomado, a plena luz del día, por el Regimiento Soria. En aquella ocasión, las maniobras militares tampoco fueron comunicadas previamente a los residentes, que pudieron imaginar la sensación de las poblaciones ocupadas por los ejércitos de la OTAN en las operaciones en que participan las Fuerzas Armadas del Estado español.
Apenas unas semanas después, se filtraba la noticia que permitía entender la razón de estos"movimientos". El Ejecutivo central había decidido convertir Fuerteventura en el campo de entrenamiento del ejército de tierra para futuras intervenciones militares en África. Así, elMando de Canarias daba al regimiento de Infantería Soria 9 la responsabilidad de crear una unidad especializada en combate en el desierto, adiestrada especialmente para la zona del Sahel, que tendría como base de operaciones la isla majorera.
CANARIAS, "FRONTERA AVANZADA" PARA LA RECOLONIZACIÓN DE ÁFRICA
En enero de este mismo año, el teniente general Juan Martín Villalón, jefe del Mando de Canarias, ya había expresado públicamente, durante el tradicional discurso de la Pascua Militar, la decisión de convertir el Archipiélago canario en una suerte de gran campamento militar destinado a ser la plataforma de agresión para la recolonización en curso del vecino continente.
Durante su alocución pública, Martín Villalón aseguró que "las tropas isleñas deben consolidar su papel predominante en África" y reivindicó que el Archipiélago es básico como"vanguardia" ante "posibles intervenciones en ambiente desértico". En su discurso, Juan Martín Villalón defendió las intervenciones cada vez más numerosas en África utilizando el concepto, inequívocamente colonial, de "frontera avanzada en el continente africano".
Como parte de ese proyecto, impulsado por PP y PSOE con el apoyo de Coalición Canaria, el Aeropuerto de Gando, en Gran Canaria, y el Puerto de la Luz de Las Palmas se han convertido ya en las principales bases logísticas para esas operaciones militares, proyectadas y ejecutadas con la recurrente coartada de la "amenaza yihadista" que, según la propaganda bélica, supondría un peligro cuasi inminente para las Islas y Europa.
También este extremo se encuentra plenamente confirmado de manera oficial. En octubre de 2012, el entonces recién nombrado jefe del Mando Naval de Canarias, Gregorio Bueno Murga, ofrecía nuevos datos sobre los objetivos que se esconden tras la utilización de la isla deGran Canaria como base de la OTAN para la agresión contra el continente africano.
Durante el acto de toma de posesión de su cargo, el comandante Bueno Murga fue meridianamente claro. "La Armada - dijo- ha dotado a las Islas de los cuatro buques más modernos de que dispone. Los patrulleros de acción marítima Rayo, Meteoro, Relámpago y Tornado". El jefe del Mando Naval admitió que, junto al Sahel, serán objetivos preferentes de las "misiones de seguridad, los países ribereños del Golfo de Guinea". Es decir, que las futuras intervenciones "antiterroristas" tendrán lugar, justamente, en una de las zonas más codiciadas por las potencias occidentales por sus importantes recursos petrolíferos.
Este es, por tanto, el contexto que permite explicar maniobras como las que el pasado miércoles debían soportar los vecinos de Las Palmas de Gran Canaria. Operaciones que, huelga decirlo, nada tienen que ver con la "defensa" de un Archipiélago cuyos verdaderos enemigos no es preciso buscar más allá de nuestras propias fronteras.
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