lunes, 20 de octubre de 2014

Dorita gritó “No oil” en Nueva York






Ahí la tienen, con ochenta y un años, una aldeana en Nueva York, que agarra la pancarta “No oil drilling in the Canary Island”. A su derecha su hija María que lleva en la mochila al pequeño Ale. Tres generaciones de canarios manifestándose en Nueva York en contra de las prospecciones petrolíferas en nuestras aguas canarias. Aviso al lector que este relato que estoy escribiendo está lleno de subjetividad y parcialidad, porque conozco a Dorita y la admiro, porque me ha cautivado con sus conversaciones en Gran Canaria y con un maravilloso caldo de papas que comí en New Jersey en casa de María (me cautivó tanto aquel delicioso plato que ni me preocupé de preguntarle a Dorita si aquello verde era cilantro canario importado o alguna especie que encontró en la vecina ciudad de Nueva York).
Pero quién no admiraría a esta mujer después de conocer su capacidad de superar los baches de la vida, de adaptarse a lugares tan diferentes culturalmente a su Aldea de San Nicolás como Valencia o Nueva York. Dorita es esa madre canaria que sabe estar cuando hay que estar, ese aliento en los momentos claves, esa abuela que regala sonrisas, que con ochenta y un años corre detrás de los nietos. No hay fronteras para Dorita, ni las que imponen los estados, ni las que se levantan por las edades, por los idiomas o por las tecnologías. Ella tiene su Tablet, con el perfil en Facebook donde la felicitan por su cumpleaños desde Valencia, Gran Canaria o Grecia. En el Tablet lee noticias de Canarias, pasea por Facebook y, como no, pone Sálvame de Telecinco para enterarse del último paseo de sus vergüenzas familiares que protagonizan Belén Esteban o la hija de la Pantoja, que a su edad una no quiere quedarse fuera de las conversaciones de las amigas que quedan o leer el Diez Minutos en verano sintiéndote una extraterrestre.

Dorita también es lucha. Lucha contra la soledad, lucha para que los tuyos salgan adelante, lucha para que no destrocen nuestra tierra. Y por eso salió a la calle este sábado en Nueva York, junto a su hija María, su yerno Jeff, y sus nietos Ari y Ale, dos canarios-yankis que han vivido los primeros años de su vida tan lejos de la Aldea y tan cerca de las sonrisas de Dorita. Y esa fuerza los ayudará a crecer. Y cuando aprendan a leer se enterará que además de esa abuela luchadora, también tuvieron una tatarabuela extraordinaria: María Sosa Aguiar, conocida como la Meliana. Fue una de las mujeres más destacadas de las que lucharon en la década de los años 20 del siglo pasado contra los latifundistas de La Aldea. Realizaban sabotajes a los terratenientes en sus cercados. Tiempos duros. Con una fuerte represión. María Sosa firmaba como “La Meliana” las cartas que mandaba a los abogados que las defendían de las denuncias de los latifundistas.
No se imaginaba La Meliana que casi 100 años después iba a tener descendientes (tres generaciones distintas) manifestándose en Nueva York para defender a las islas de los nuevos aguatenientes. Aquellos se creían los dueños de las aguas para regar la tierra, estos se creen los dueños de los mares que nos rodean. Y ahí está Dorita, que nació en la II República, que creció en el Franquismo, que crió dos hijas y un hijo en la monarquía borbónica, que ha visto a tantos gobernantes y cuentistas. Ahí la tienen, con la cartulina en la mano “Shame Repsol”, dándonos una lección de dignidad y lucha. Igual que este sábado hicieron otros canarios y canarias en Bruselas, en Pontevedra, en Uruguay, en varias decenas de países. Dorita nos recuerda que la inmensa mayoría de canarios que se han tenido que ir de las islas no se venden al mejor postor. Aunque hay uno que sí lo ha hecho y nos quiere joder a todos. Pero lo tendrá difícil. Porque ayer gritaron decenas de miles de isleños en las calles canarias, aquí vivimos y aquí decidimos. Una nueva movilización ciudadana con gran éxito. Hoy Dorita mirará en su tablet las fotos de las manifestaciones en Canarias, y se mostrará orgullosa de su pueblo, y se acordará de su abuela La Meliana. Yo también estoy orgulloso de mi pueblo. Y, por si no lo han notado lo digo más claro: y también estoy orgulloso de Dorita.
http://juanglujan.wordpress.com/

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