domingo, 31 de agosto de 2014

Extrañeza tabaiberil…









… que si se planta millo, es por y para el gofio; que si trigo para harina y pan, y así pudiéramos seguir con ejemplos mil, pero…, tocante a la tabaiba, se la protege, defiende y se la deja copar todos los terrenos por más que huertas y fincas fueran, sin que de ella nada se obtenga. Debemos vivir en bobilandia o idiotilandia, ya que al tener tan masiva como absoluta plantación de plantas tan numerosas que no se las pueden ya ni contabilizar por el excesivo número de ejemplares, y que laboratorio no haya que le saque algún provecho, que las universidades que las soportan no descubran algún efecto o virtualidad de la misma, y que si así fuera, 
más y mejor que el petróleo, millonarios nos volveríamos al contar con tan elevado e infinito número de plantas, es raro, por no decir rarísimo que estas plantas en número tan total y masivo, nada produzcan y se las defiendan, amparen y protejan, pero…, acabo de recordar, que es planta muy fructífera, y es que el producto de la misma -leche aparte y  no aprovechada en nada- es muy rica dado el número de multas que se transmita y los suculentos ingresos que por ella entran en las arcas del cabildo que le chupa la sangre así al escuálido y exprimido pueblo canario, que por descuido e ignorancia arranca o rompe alguna tabaiba. Sí, la tabaiba no cura, ni embellece (a lo mejor contiene algún componente cosmético, u otros [alimenticio, está claro que no]), ¿qué razón, salvo protegerla si endemismo fuera como cosa rara y exclusiva de flora, pero que en el número de ejemplares, como  que no es el caso; el caso es que el cabildo se forra gracias a ella? Pero, ¿es justo?, ¿es ético, ¿es serio? ¡Ah, amigo…! ¿Se sirve al pueblo, o se sirven del pueblo, y es la tabaiba la tapadera?


El Padre Báez.

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