lunes, 21 de julio de 2014

¿Son fiables las calificaciones de las añadas para elegir un vino?


La calificación de añadas es una herramienta utilizada por los Consejos Reguladores de las Denominaciones de Origen para dar a conocer la calidad de cada cosecha. Esa herramienta, en tiempos pretéritos, era fundamental. Y lo era porque existían añadas normales, medianas, buenas, muy buenas o excelentes hasta hace unos treinta años, siempre dependiendo de la región vinícola de la que escribamos. Así, la añada 1964 de Rioja es recordada por muchos como excepcional, pero es que en los últimos veinte años han quedado a la misma altura de ese 1964 otras siete añadas: 1994, 1995, 2001, 2004, 2005, 2010 y 2011. Y desde 1985 no obtiene ninguna cosecha, desde el punto de vista cualitativo, la nota «normal» o «mediana». ¿Todo es bueno?
Nos hemos centrado en la D.O.C. Rioja porque es la más conocida y reconocida de España. Y realmente una de las pocas que se conocen fuera de nuestras fronteras. Pero eso de que los Consejos Reguladores se pongan nota a sí mismos provoca al fin auténticas barbaridades. Y eso que no ponemos en duda la cualificación de los paneles de catadores, pero lo de Ribera del Duero y que en los últimos veinte años ocho de sus añadas hayan sido excelentes y nueve muy buenas… Muy buenas como 2007 y 2008, dos años realmente complicados para elaborar buen vino y de hecho muchas de las grandes bodegas evitaron sacar al mercado sus mejores marcas y los que lo hicieron fue con resultados poco edificantes.
Ejemplos, todos los que queramos. Y es que incluso Denominaciones de Origen con escaso camino recorrido siguen el mismo ejemplo. Podría haber buscado cualquiera, pero el Bierzo vale. Reconocida oficialmente la Denominación desde 1989, tiene calificadas las añadas desde dos años antes. Son veintiséis calificaciones, y sus notas son espléndidas. Sólo un regular y después de tres añadas consecutivas con un «bien» para los años 1997, 1998 y 1999, la calidad de todas las cosechas de 2000 hasta ahora ha sido muy buena o excelente.
Por último, pongamos que hablo de Rueda. No sólo ya por sus añadas, sino por otro elemento diferenciador: el carácter. Sí, el carácter Rueda, sus tres elementos: la uva verdejo autóctona de la zona, el clima continental y los suelos cascajosos. Eso es lo que dice el Consejo Regulador de la Denominación de Origen. Lo que sucede es que el carácter verdejo está en muchos casos en vías de desaparición, sustituido por levaduras artificiales, y se cosechan casi cien millones de kilos de todas las uvas autorizadas. Y las calificaciones son las que son, con matices en comparación con otras regiones. Desde 1980 no se produce una añada regular o deficiente. A cambio, sólo una fue excelente: 2011. En los últimos diez años las notas fueron dos bien, siete muy bien y ese citado excelente.
Por supuesto, nada de esto significa que no existan añadas muy buenas o excelentes, que de todo hay en la viña del Señor. Pero estos ejemplos indican que al menos en España se ha podido pasar de una herramienta con fines educativos y didácticos a otra que es puro marketing. Por no empezar a escribir que cada finca, cada viñedo, es un mundo aparte…
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