19 metros de longitud y unas 30 toneladas. Ese es el tamaño y el peso del cadáver de una ballena rorcual común que alcanzó ayer las costas de Juncalillo del Sur, en las proximidades de Castillo del Romeral, después de permanecer varios días flotando por la costa este de Gran Canaria. El animal fue trasladado por una embarcación de Salvamento Marítimo hasta el puerto de Arinaga, donde se espera que hoy o mañana sea retirado hasta el vertedero de Juan Grande para realizarle la necropsia.
El hallazgo del cetáceo se produjo el pasado jueves, cuando se alertó de su presencia por la zona del Muelle de Las Palmas, en la bahía de Las Palmas de Gran Canaria. Entonces los veterinarios solicitaron permiso a la Autoridad Portuaria para trasladarlo a uno de lo muelles, donde iba a ser izado con una grúa. Sin embargo, el jefe de servicio presuntamente denegó esta operación por falta de espacio, según indicaron ayer fuentes relacionadas con el servicio de recogida de animales.
Durante la mañana y primera hora de la tarde, empleados del Cabildo Insular buscaron la manera de trasladar a la ballena a un lugar seguro. Como indicó Pascual Calabuig, biólogo, veterinario y responsable del centro de recuperación de fauna silvestre del Cabildo; la rápida actuación evitó que el animal encallara en las rocas, lo que hubiese impedido su traslado por mar hasta el Puerto de Arinaga.
La embarcación Salvamar Menkalinan tiró del cetáceo hasta el citado muelle, donde hoy o mañana está previsto una grúa lo levante hasta la superficie y un camión lo lleve al vertedero de Juan Grande, donde se le realizará la necropsia.
El ejemplar hallado es de los más grandes que se recuerda en Gran Canaria, aunque tres metros más pequeño que el cadáver de ballena encontrado en Fuerteventura en marzo pasado.
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