domingo, 15 de junio de 2014

Hay que despenalizar a la tabaiba…









De lo contrario, tienen a las islas envenenadas. Esa normativa de protección, sin razón válida alguna, no tiene sentido, salvo para quienes sí, por asuntos recaudatorios. Otra cosa sería o fuera, que las tabaibas desaparecen y hay que protegerlas, para evitar su extinción, pero teniendo superados esos índices al tenerlas por todas partes y en tan elevado número de ejemplares como que no es de recibo. 
Se trata, de una ley que regula la desaparición poblada o habitada de las islas, con el fin de convertirlas en una reserva exclusiva de una masa de tabaibas tal, que otra vida no se dé sino la de la planta lechera, sin uso o aprovechamiento de la misma en nada y para nada. Según tengo entendido, solo hay unos presupuestos muy restringidos y según sea dulce o amarga la tabaiba, cosa de gran dificultad, al tener que probarlas, con las consecuencias pertinentes, lo cual hace inoperantes los atenuantes. Y la cosa es tan grave, que las islas soportan y padecen el acoso de una planta que invade todo terreno, sin que nadie se decida a dar el paso para frenarla o impedir su expansión descontrolada dada la protección severa que tiene. También se pudiera someter a referendo, como para el mal del petróleo, al considerar el mal tabaiberil, es peor más de veces mil. No se puede considerar como asesino al que dañe -por simple roce- a una tabaiba, cuando la asesina es ella, que acaba con toda otra forestación, al no tener freno ni control. Por de pronto se debiera establecer un número mínimo de ejemplares, para poder defenderla y protegerla, pero dado el número incontable de ellas, ¿a qué viene esa protección, si no es por los dineros que gracias a ellas -por multas- entra en el cabildo?


El Padre Báez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario