lunes, 25 de noviembre de 2013

“A diario contra la violencia de género”


Este 25 de noviembre conmemoramos el Día Internacional de la No Violencia hacia las mujeres en medio de dos decepcionantes datos. Uno de ellos es que, a pesar de que alrededor de 600.000 mujeres al año aseguran ser víctimas de violencia de género, sólo el 27,4% denuncia a su agresor. El otro, que la violencia de género ocupa los últimos lugares en la lista de preocupaciones de los hombres y mujeres de este país, que relega a últimas posiciones temas tan sangrantes como que se siga asesinando a mujeres y menores como consecuencia de la violencia machista.
 
Las estadísticas son lamentablemente estables: son ya 44 mujeres y 5 menores las víctimas mortales en lo que va de año y 40 los huérfanos por esta terrible lacra. Pero no son números, son VIDAS. Entonces, si sabemos que una sola víctima ya es demasiado ¿por qué se suele tratar este terrible fenómeno por los medios de comunicación como de mero trámite informativo? ¿Nos estamos anestesiando en medio de esta acuciante crisis económica e irritabilidad social ante estos incesantes crímenes machistas? Cómo es que existiendo leyes europeas, nacionales, autonómicas, recomendaciones, estrategias y mecanismos para luchar contra la violencia de género, ¿esto no se ha acabado? ¿Qué no funciona?

En mi opinión, la violencia de género es un problema cultural, de educación o, mejor dicho, de no educación en valores de igualdad y respeto. El machismo se encuentra impregnado en nuestra sociedad, disfrazado con miles de caras y de estrategias de culpabilización que está abonando el cultivo de un nuevo antifeminismo, donde a diario crece una tremenda incomodidad masculina frente a la libertad de las mujeres. Por eso, necesitamos más que nunca una nueva masculinidad, donde los hombres no se escondan en esta lucha contra la violencia de género.

 Esta sociedad tiene que demostrar que es una sociedad del siglo XXI, sin miedo a denunciar comportamientos machistas por parte incluso de los propios hombres, sin  desidia informativa, porque no trata los asesinatos por violencia de género como si fuesen un suceso más, intolerante con los anuncios sexistas, que educa en igualdad de condiciones a hombres y mujeres, que no consiente humillaciones y vejaciones a las mujeres en ningún medio ni red social y que, por supuesto, no ve “normal” las agresiones y  asesinatos a mujeres y menores por esta causa. No podemos inmunizarnos contra este terrible fenómeno a base de escucharlo constante, pero fugazmente en los medios de comunicación. La función pedagógica que los medios tienen encomendada debe salir a relucir aquí, sin que haya la más mínima relajación mediática ni social en este tema. De lo contrario, es el fin como sociedad comprometida en valores y derechos.

Es imprescindible prevenir, pero también actuar, rebelándonos contra el aprendizaje viril en términos de superioridad respecto de las mujeres para transformarlo en uno de igualdad desde la infancia, tanto en los centros escolares como en las familias. Hay que denunciar SIEMPRE ante la primera muestra de vejación o humillación hacia la mujer, pues mecanismos existen y cada vez más, teniendo presente que de la violencia de género se sale porque no vamos a permitirla.

Frenar la violencia de género pasa por tomar conciencia de que es un hecho que nos avergüenza como sociedad civilizada y que es primordial aportar nuestro granito de arena en la lucha por su erradicación. Les animo a cada cual a participar en esta tarea.



Herminia Demetrio Rigüela. 
Concejala de Políticas de Igualdad del Ayuntamiento de Telde.


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