Los drones son, en muchos sitios, el sustituto de los fuegos artificiales en los
espectáculos nocturnos. A mi me gustan los dos tipos. Es más, cuanto más fuerte sean los
petardazos y más me vibre el pecho, mejor. Eso creo, otra cosa es que decida sacrificar ese
momento de placer por el ruido que afecta a los animales que tienen hiperaudición. Aun así,
he visto pocos espectáculos de drones.
El de la obertura de las olimpiadas formando el globo
terráqueo fue una alucinada tremenda. Pero uno que hicieron en la playa de mi ciudad y que
lo vendieron hasta congregar a miles de espectadores fue un poco “cutrillo”. Me imagino que
bien hecho, molarán mucho.
En Melbourne (Australia), se les ocurrió hacer uno de estos espectáculos para
homenajear a “las Matildas” (las jugadoras del equipo de fútbol femenino del país que
competirá en el Mundial). Unos 350 drones, debido a un fallo técnico, entraron en fase de
aterrizaje automático y cayeron al agua. Eso sí, espero que lo hicieran todos a la vez y con
dignidad. Pues eso, que estos espectáculos dependen de la tecnología de microchip que se
cuelgan cada dos por tres. Eso, o que se les fue la cobertura de la wifi, que suele pasar. Pues,
ahora, todos mojaditos que los sacaron del agua, me imagino que estarán todos puestos en
cubos con arroz a ver si los pueden recuperar.
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