Uno de los principales problemas es la falta de recursos humanos. Según la Ley de Coordinación, para una población de 102.000 habitantes, debería haber 224 policías activos, pero actualmente solo hay 69. Además, no se han repuesto plazas en los últimos 17 años, lo que significa que hay un déficit de 155 policías. Esto hace que la carga de trabajo sea excesiva para los pocos policías disponibles, lo que puede llevar a una reducción en la calidad del servicio y aumentar el riesgo de situaciones peligrosas para los ciudadanos.
Otro problema grave es el incumplimiento de los acuerdos y pactos. Desde el año 2021, los trabajadores no han recibido el pago por los servicios extraordinarios ya realizados. Estos servicios son esenciales para garantizar los mínimos estándares de seguridad para la ciudadanía, pero la falta de pago ha creado una situación precaria que dificulta el trabajo de la Policía Local.
Además, las instalaciones y equipos de la Policía Local están obsoletos y no cumplen con las normativas y exigencias actuales. El edificio de la policía tiene más de 45 años de antigüedad y no se ha actualizado ni reformado para satisfacer las necesidades actuales. Por ejemplo, las personas con movilidad reducida no pueden acceder a las oficinas administrativas, de atestados y denuncias. Además, la falta de equipos de protección individual, vehículos y motocicletas adecuados aumenta el riesgo para la seguridad de los trabajadores y ciudadanos.
Otro problema es la falta de formación adecuada. Los trabajadores se han visto obligados a costearse su propia formación, lo que significa que muchos no tienen acceso a la capacitación necesaria para realizar su trabajo de manera efectiva. Además, el acuerdo sobre las condiciones laborales ha caducado desde 2017, lo que ha dejado a los trabajadores en una situación de incertidumbre y vulnerabilidad.
Por último, las limitaciones de acceso digital han dificultado aún más el trabajo de la Policía Local. El acceso restringido a sistemas como la DGT o el padrón puede retrasar el trabajo de los policías y dificultar la resolución de situaciones de emergencia.
En conclusión, la Policía Local de Telde se enfrenta a múltiples problemas que ponen en riesgo la seguridad de la ciudadanía. Los trabajadores no están exigiendo un aumento de salario, sino que están exigiendo el respeto, la consideración y el apoyo necesarios para realizar su trabajo de manera segura y eficiente. Es necesario que el Grupo de Gobierno y la alcaldesa tomen medidas para resolver estos problemas y garantizar un servicio de policía efectivo y de calidad para la ciudadanía.
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