A veces escuchar determinadas canciones, leer poesía, oír recitales, el ruido del viento, el chocar de las olas sobre los acantilados, las gaviotas volar cerca de nosotros, la lluvia mojándonos muy suavemente, nos recuerdan otros momentos, espacios y situaciones vividas anteriormente.
Esas pequeñas cosas o anécdotas nos transportan a recordar lo más hermoso de nuestras vidas, donde no existe nada negativo.
Sólo paz, alegría buenas vibraciones sensaciones
especiales como el olor a hierba mojada a campo flores, mariposas revoloteando de un lado a otro, reuniones familiares, abuelos, padres, hermanos.
Espacios y rincones que permanecerán siempre en nuestros recuerdos, desde la infancia, adolescencia, juventud y madurez.
Hay que compartir con los demás todo lo bueno y maravilloso de la vida.
Antonia Perez Viera
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