En defensa de los taxistas de Telde
Mica Melián firma este artículo de opinión en favor de los profesionales del taxi en Telde
MICA MELIÁN
Antes de nada, quiero decir que las palabras que voy a escribir son bajo criterio y vivencia propia. Soy mujer de taxista de Telde. Y a mucha honra. Últimamente las críticas a este sector son increíbles, pero esta vez toca hablar desde mi día a día.
Mi marido se levanta a las cinco de la mañana y sale a trabajar hasta las tantas de la madrugada. Se pasa todo el día fuera de casa. Haga calor, llueva, Navidades, Reyes, cuando todas esas personas que critican a este sector están cenando y dándole las buenas noches con un beso a sus hijos. Mis hijas se van a la cama sin el beso de su padre.
El día de Reyes, mientras ustedes están disfrutando con los suyos, mis hijas madrugan para poder abrir los regalos con su padre ya que tiene que salir a trabajar. Es muy duro ser mujer de un taxista, pero cada uno de ellos se merecen el mayor respeto. Nadie sabe que situación tienen cada uno también en sus casas y tienen que salir a trabajar para darles de comer a sus hijos.
¿Ustedes han pensando en la cantidad de horas que pasan en una parada sin un solo cliente? ¡No! Porque es más fácil hacer las críticas que ponerse en los zapatos de los demás. Ellos reclaman lo que consideran justo después de tantos años de lucha. ¿Por qué no critican a otros servicios públicos? ¿Por qué no critican que Global si no estás a la hora te deja atrás? ¿Por qué no critican que para un simple documento no te den ni cita en el Ayuntamiento? ¿Por qué no critican que van al médico y tardan horas y horas en ser atendidos? Porque es más fácil criticar a los que salen a trabajar día tras día y se ganan la vida honradamente.
Mis hijas, por poco que vean a su padre se sienten orgullosas del gran padre que es. Y yo me siento más orgullosa aún de que mi marido pertenezca a este gremio junto con todos sus compañeros. Sé lo que trabaja mi marido. Sé lo que pasan esos taxistas. Sé lo que es que cojan taxis y se vayan sin pagarle. Sé lo que es que te pongan un destornillador en el costado para robarte. Así que, señores, antes de criticar tanto y tanto, ¿por qué no se sientan cinco minutos con un taxista y le pregunta el porqué de muchas cosas que pasan en su gremio? Os animo a que lo hagáis, quizás así entendáis lo difícil que es salir a trabajar a ganarte la comida de tu familia y quizás regresar con el bolsillo vacío o no regresar a casa.
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