Existen múltiples teorías. La primera de ellas la narra Betty Davis, la
estrella de 'Eva al desnudo', en su biografía, asegurando que es en honor a
su primer marido, Oscar Nelson. Mientras que otros expertos se lo
otorgan a la secretaria ejecutiva de la Academia, Margaret Herrick,
que al
ver la estatuilla exclamó que era igual que su tío Oscar (sobrenombre con
el que llamaba cariñosamente a su primo, el actor Oscar Pierce). No es el
único posible origen de este galardón, ya que también se tiene constancia
de una tercera vía. La estatuilla dorada podría haber pasado a ser Oscar
cuando Eleanor Lilleberg, secretaria ejecutiva de Louis B. Mayer, afirmó:
"¡Se parece al rey Óscar II!" (en referencia al antiguo monarca sueco,
bisabuelo del actual Harald V).
Un galardón que, más allá de su nombre, guarda otras curiosidades. La
figura que todos tenemos en nuestra memoria fue obra del director
artístico, escenógrafo y arquitecto Cedric Gibbons, que trabajaba en la
Metro Goldwyn Mayer. Una silueta que bocetó, según la historia popular,
inspirándose en la figura del actor mexicano Emilio Fernández, el Indio
Fernández.
Un dibujo tras el que el escultor George Stanley modeló la estatuilla en
arcilla y Sachin Smith le dio vida con una aleación de estaño, cobre y un
baño de oro. Aunque de 1942 a 1945 fueron hechas de yeso por la II
Guerra Mundial, siendo sustituidas más tarde por otras del material de
siempre que les entregaron a los galardonados de esos años. Además, en
total, un premio Oscar mide 34 centímetros y pesa 3/85 casi 4 kilos.
Fuente de información. El Confidencial.
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