domingo, 13 de noviembre de 2022

LA LABOR DEL VOLUNTARIADO

 

 

Las voluntarias y voluntarios de caritas Diocesanas o centros de acogida,

llevan a cabo un trabajo que poca gente conoce, pero que sin su

 colaboración sería casi imposible. Es por este motivo que hoy les dedico

 mi artículo semanal. 

 

 De todos es conocida la ayuda o prestaciones que se ha realizado entre las

 familias menos favorecidas porque el destino inexorablemente les ha

 vuelto la espalda haciendo que se vean abocados a buscar asistencia allá

 donde se les puede proporcionar.

 Esta ayuda llegaba, principalmente, de las iglesias o parroquias del lugar

 donde vivía la persona afectada, lo que fue y sigue siendo, Caritas

 Diocesanas.

 Años atrás la entrega de alimentos se hacía a los vecinos parroquiales que

 se sabían necesitados de estos alimentos pero, los años pasan y las

 necesidades se incrementan cada vez más, todo se ha agravado por la

 falta de trabajo a lo que hay que añadir la entrada a nuestro país de

 personas que llegan huyendo de situaciones cada vez más difíciles de

 soportar.

 Con la necesidad de solicitar alimentos se agudizó la parte más picaresca

 del español que lo lleva a la mentira y el enredo. Si bien es evidente que

 hay muchas personas a las que no les llega el agua al cuello o la comida

 hasta el fin de semana, también se han detectado casos en los que un

 beneficiario demanda ayuda en cada lugar en el que se lleva a cabo el

 reparto de alimentos.

 Por esta razón Caritas Diocesanas o el banco de alimentos solicitan la

 labor de las y los trabajadores sociales, quienes hacen un seguimiento a

 las personas que solicitan la ayuda alimentaria con lo cual se sabe a

 ciencia cierta quien de verdad lo necesita y quien, por el contrario,

 pretende aprovecharse de la situación.

 Este trabajo recae en los y las técnicas y, por su puesto en las voluntarias

 y voluntarios a los que felicito desde estas humildes letras.

 Mary Almenara.

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