VACACIONES EN EL SUR

Recién llegado el verano y acabadas las clases, vemos como muchas familias están haciendo los planes para disfrutar de unas merecidas vacaciones.

 Escuchando que los lugares escogidos eran las playas y, el que podía se agenciaba un apartamento, no he podido retener la tentación de explicarles como vivimos los canarios nuestras vacaciones en el sur.

 Para empezar y después de hecha la reserva vamos al súper mercado para hacer la compra. Como es lógico no pueden faltar las papas, los huevos, la leche y el aceite, pues ya se sabe que con estos alimentos básicos la casa está llena.

 

Tampoco puede faltar la cerveza, el Clipper para los chiquillos y las golosinas. Llenamos el coche hasta los topes porque somos incapaces de prescindir de lo más mínimo. Este trabajo, salvo honrosas excepciones, le toca llevarlo a cabo al ama de casa quien, más muerta que viva, llega por fin al apartamento. Una vez allí comienza a colocar la compra, y la ropa mientras pasa el dedo por los muebles que, para ella, siempre están llenos de polvo.

 

A todas estas lo chiquillos revolvieron los paquetes, sacaron bañador y toalla y tiraron como un rayo para la piscina.

El marido, que está como  gallina sin nidal, se acerca cauteloso y con la boca chica le dice “Voy a ver que hacen los chiquillos, que aquí estorbo” y sale por la puerta dejando a la mujer rodeada de cajas, bolsas y todo lo que ha podido traer, casi como si fuera a quedarse tres meses. 

 

Comienzan las vacaciones para todos menos para el ama de casa que continúa con las mismas faenas que dejó atrás.

Por si todo esto fuera poco le aparece, sin avisar, la vecina que tiene en la misma escalera, a la que de pronto, le entran unas ganas irresistibles de verla.

Probablemente a más de una le ha pasado lo que a nuestra amiga. Cuando decidimos irnos de vacaciones al sur, llegan amigas o familia que durante todo el año no se acuerdan de nosotros, pero al saber que estamos de vacaciones le entran unos deseos enormes de vernos. 

Aún así les deseo unas felices vacaciones.

María Sánchez.