En ese mundo impuro y vergonzoso, permaneció durante 25 años siendo para un gran número de hombres sin prejuicios carne de tomar y dejar.
Su vida fue un autentico infierno donde además de dar su cuerpo al mejor postor, la obligaban a consumir drogas.
Si verse inmersa en ese mundo es doloroso, no quiero imaginar el dolor de esta muchacha al saberse vendida por la mujer que le dio la vida y cuyo deber era quererla y protegerla, sin embargo esta mujer sin corazón ni sentimientos la echó a los brazos del peor depredador… el hombre.
De la prostitución siempre se ha dicho, que es el oficio más antiguo del mundo, y, por supuesto, uno de los que más dinero mueve por lo que pocas o ninguna esperanza nos queda de que desaparezca por completo.
Otro de los motivos por lo que no desaparecerá es porque hay mucha demanda por parte de esos hombres para los que la mujer no tiene valor alguno, pues siempre he visto que cuando un negocio no deja ganancias se cierra y punto. Pero, no ocurre lo mismo con este, por el contrario cada vez proliferan más los consumidores y los intermediarios, pero lo más triste de este denigrante negocio, es que cada vez se demanda más la presencia de niñas para satisfacer el placer de unos depravados.
La lucha de mujeres víctimas de esta profesión tan cruel es dura y arriesgada ya que sus “amos” las mantienen atadas por medio de la droga.
La protagonista de este relato se ha refugiado en la pintura donde como ella dice, cuenta por medio de la pintura la triste historia de su vida en la prostitución. El ocho de marzo presentó su exposición titulada… la hija putativa indeseada.
Aconsejo que entren en Google y busquen… Adriana María Cardoso para que conozcan la dura vida de esta mujer.
Mary Almenara.
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