La Guardia Civil, en la denominada operación Exemplum, ha desmantelado una red dedicada a la importación de vehículos de origen asiático que portaban Certificados de Conformidad (CoC)1 falsos, cuyos datos no coincidían con los reales del vehículo.
La investigación se inició cuando la Guardia Civil recibió la información acerca de una empresa ubicada en Barcelona, que estaba importando del mercado asiático, vehículos que portaban un CoC, cuyos datos no coincidían con los del propio vehículo. En concreto la contraseña de homologación que aparecía en la documentación, no se adecuaba a la marca, modelo y tipo de vehículo, ni pertenecía al fabricante que supuestamente lo emitía. Se trata de vehículos de la categoría L6e, denominados “microcoches”, que pueden ser conducidos con una licencia de conducir, es decir, por menores de edad, mayores de 15 años, cuando en realidad por medidas, pesos, velocidad y homologaciones, deben ser calificados como L7e, que para utilizarlos es necesario el permiso de conducir de la categoría B.
Para ello, el empresario que importaba los vehículos, contó con la colaboración de una estación de ITV ubicada en la provincia de Barcelona, cuyos inspectores y director técnico examinando exclusivamente los datos básicos y sin hacer las comprobaciones correctas, le facilitaban la Tarjeta de Inspección Técnica necesaria para comercializarlos en España, y tras este paso, se dirigían a las Jefaturas Provinciales de Tráfico de Barcelona y Tarragona, donde obtenían el permiso de circulación.
Las personas que adquirían los vehículos eran engañadas, pensando que compraban vehículos que se podían conducir con la licencia AM, cuando en realidad y debido a las dimensiones de los vehículos, es necesario para conducir un permiso superior de clase B, con el consiguiente riesgo para la seguridad vial, al conducir vehículos de gran tamaño, con un permiso que no era el adecuado.
El “modus operandi” utilizado era el siguiente; el empresario español contactaba con el homólogo asiático, que mediante transporte naval y en contenedores, enviaba los vehículos al puerto de Barcelona. Una vez en territorio español, acudían a la estación de ITV con un CoC falso, donde los técnicos plasmaban los datos tal cual, sin comprobarlos y se emitía la tarjeta de inspección técnica, previa a su matriculación.
Los investigadores han tomado manifestación a los perjudicados que habían adquirido dichos vehículos “microcoches”, retirándoles la tarjeta de inspección técnica y el permiso de circulación emitidos e informándoles que hasta que no legalicen correctamente el vehículo, no pueden circular con él, además de obtener, en su caso, el permiso de conducir correcto. Ambos documentos serán enviados a los organismos que los adjudican (Dirección General de Tráfico y Ministerio de Industria, Comercio y Turismo), para solicitar su revocación.
En el marco se ha detenido a una persona por los supuestos delitos de falsedad documental, estafa y contra el mercado y los consumidores (publicidad engañosa) y al director Técnico de la ITV, por falsedad documental. Además, se ha investigado a 11 trabajadores de la ITV, también por falsedad documental. El principal investigado ha obtenido, gracias a la importación fraudulenta y venta de estos vehículos, beneficios de más de 350.000 euros.
Asimismo, se han retirado de la circulación a todos los vehículos que suponían un riesgo grave para la seguridad vial, al circular con ellos incumpliendo las condiciones técnicas, en cuanto a dimensiones, velocidad etc y con una autorización administrativa para conducir que no les habilita, al haber sido emitida con una tarjeta de inspección técnica falsificada.
La investigación ha sido llevada a cabo por el Grupo de Investigación y Análisis (GIAT Central), de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y continúa abierta, no descartando detenciones posteriores.
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