Valsequillo de Gran Canaria vivió este sábado su romería ofrenda a San Miguel Arcángel en una edición muy especial y emotiva, marcada por las limitaciones de la pandemia. Por primera vez, desde el 2019 el patrón del municipio salió hasta el pórtico de la iglesia para recibir a esta solidaria ofrenda. Un acto en el que no faltaron las tradiciones de esta popular fiesta, como la música de esta tierra que vino de la mano del Departamento de Folclore de las Escuelas Artísticas Municipales.
Abriendo la ofrenda, el verseador Yeray Rodríguez dedicó unas palabras para la isla de la Palma que comparte con Valsequillo a su patrón San Miguel. De hecho, este año en el municipio se recordó de manera especial a los palmeros y palmeras con un Siote Palmero que se escuchó en la Plaza de San Miguel. Una forma de mandar un mensaje de fuerza y solidaridad con esta isla que está viviendo unos momentos tan complicados por la erupción del volcán.
A
partir de ese
momento, comenzó
la ofrenda con llegada al frontis de la Iglesia de la representación
de los
barrios de Valsequillo. La primera de las ofrendas la realizó la
corporación del municipio presidida por su alcalde Francisco
Atta,
quien dijo que “a pesar de ser un año difícil y diferente no
podía faltar
un acto tan importante para los valsequilleros,
hoy se ha vuelto a ver la unión de todo
Valsequillo
que
a través de asociaciones y colectivos
han sido sumamente generosos
como se puede
ver
en
esta gran
ofrenda con todos estos productos de la tierra que se han recibido y
que serán repartidos a través de Cáritas”. Por su parte, el
párroco de la localidad, José Antonio Socorro, recordó que “este
es un acto religioso en el que los agricultores donaban al santo para
dárselo a los pobres el diez por ciento de su cosecha para mostrar
su agradecimiento”.
Una
hora de
amor y exaltación a la música y a las tradiciones de esta tierra
así como un acto de generosidad y solidaridad hacia las familias que
más han sufrido la pandemia y aunque se echó en falta un año más
a los romeros y romeras que cada año llegan de todos los rincones
del municipio y de la isla, pero con un deseo común de los presentes
de que muy pronto Valsequillo
vuelva a disfrutar de la auténtica esencia de esta fiesta, como bien
expresó con estos versos Yeray Rodríguez para concluir el acto
“quitará muchos pesares esta muestra de hermandad, porque ante la
adversidad, en verdad, me maravillo, viendo como Valsequillo crece en
solidaridad. Al patrón le gustaría
que tanta gente estupenda le hiciera no solo ofrenda, sino también
romería, no se puede todavía por una pandemia cruel, pero sé
que
San
Miguel tanta sano mano tiene que será
el año que viene tal y como le gusta a él”.
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