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Como un niño travieso clavó su dardo en mi pecho logrando que de ti me enamorara haciéndome beber las mieles del deseo.
Llenó mis manos de caricias dulces con las que recorro tu cuerpo ardiente, tus manos suaves, tu espalda tensa cuando saboreamos el vino embriagador del amor.
Ha colmado mi ser de sueños embriagadores dejando en mi anciano jardín tierra fértil regada con el néctar de tus labios.
Oh incansable niño que cruzas el mundo con tu
aljaba repleta de sueños, ilusiones y esperanzas lanzando tus flechas que dejan a su paso estelas de amor.
Mary Almenara (María Sánchez)
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