El Cabildo realiza podados y quemas de restos vegetales en cumbres y medianías de Gran Canaria, las denominadas quemas por montones cuyo objetivo es prevenir la propagación de incendios forestales
y utiliza, además, los troncos de pinos radiata quemados, introducidos en los 50 y que no resisten el fuego como el canario, para enfajinar la tierra y frenar la erosión.
Ese es el motivo por el que estos días la población puede observar columnas de humo en la cumbre, ya que el invierno es la época que aprovechan las brigadas para realizar acciones de prevención de incendio, la misma época que debe aprovechar la ciudadanía para limpiar los entornos de sus casas ya que así quedan protegidas de los incendios, en caso contrario no podrán ser defendidas por las brigadas.
También deben retirar la maleza de sus fincas, puesto que el abandono y la acumulación de vegetación seca le da al fuego la continuidad que necesita para expandirse, tal como pasó en 2019.
Así, las brigadas del Cabildo, que ejercen su labor en monte público, ya han completado quemas y fajinadas en la Degollada de Las Palomas, en el vivero El Huerto y el perímetro de la base de Medio Ambiente en Artenara, incluido el helipuerto, así como en los Llanos de Ana López de San Mateo y en el Monte de Crespo de Valleseco, próximo a donde se originó el incendio de 2019.
Las tareas, que proseguirán las próximas semanas, conllevan el podado preventivo de pino canario y radiata con el fin de dificultar que los incendios alcancen las copas, lo que aparte de contribuir a preservar el ejemplar, frena el potencial de propagación de los fuegos.
Tras ello, las brigadas acometen la quema por montones junto a ramas y otros restos caídos al suelo para eliminar este combustible vegetal.
Estas labores selvícolas, cuya finalidad es dejar sin alimento a los incendios. también contemplan el derribo selectivo de ejemplares con signos de enfermedad o debilidad, en especial en puntos con una concentración excesiva de árboles. Asimismo, los pinos radiata afectados por los incendios que siguen en pie pese a estar muertos son apeados para evitar los riesgos asociados a su caída por un golpe de viento o cualquier otra causa.
Estos troncos son aprovechados para frenar la erosión de las laderas, ya que son colocados perpendicular o formando uves, dependiendo del terreno y la pendiente, para que ayuden a retener la tierra en caso de lluvias y escorrentías.
Estos trabajos también despejan el terreno para nuevas reforestaciones con pino canario, lo que propicia que esta especie endémica gane terreno frente al radiata, también llamado insigne o de California, variedad con gran capacidad de adaptación y rápido crecimiento que fue utilizado en los años cincuenta para reforestar amplias zonas de Gran Canaria, aunque su resistencia al fuego es muy inferior.
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