Han sido detenidas 5 personas y se han realizado 3 registros en domicilios y uno en una oficina gestora
Las víctimas, entre las que se encuentran varias mujeres, en diversas situaciones de vulnerabilidad, eran principalmente ciudadanos moldavos, rumanos, ucranianos, magrebíes y subsaharianos
La organización obtenía hasta 30.000 euros mensuales con la explotación de estas personas.
La Guardia Civil, en el marco de la operación “Fruta”, desarrollada
en Sevilla ha desmantelado una organización criminal asentada en la
Vega del Guadalquivir dedicada a la trata de seres humanos con fines de
explotación laboral, favorecimiento de la inmigración irregular,
falsedad documental y blanqueo de capitales.
La investigación se inició a principios del presente año, tras
tener conocimiento la Guardia Civil del posible asentamiento de
organizaciones criminales dedicadas a la explotación laboral en el
campo, por la zona de la comarca de la Vega del Guadalquivir.
Tras las primeras gestiones, los investigadores pudieron detectar
en la localidad de Brenes la actividad de una organización dirigida por
un ciudadano de nacionalidad rumana que captaba a inmigrantes en sus
países de origen para trasladar e introducir en territorio nacional a
personas a los que se les aseguraba un trabajo en explotaciones
agrícolas.
Una vez en nuestro país, las víctimas entregaban su documentación y
eran alojadas en domicilios en condiciones infrahumanas donde eran
sometidos a un estricto control.
Igualmente, estas personas eran forzadas a trabajar largas
jornadas, por las que no cobraban o cobraban míseros sueldos que apenas
servían para cubrir la propia manutención. Además, la organización
obtenía importantes beneficios gracias a las rentas que se veían
obligadas a pagar dichas personas por su alojamiento en pisos de la
organización.
En los casos en los que los inmigrantes trataban de escapar de esta
situación, el líder de la organización se negaba a devolverles la
documentación, llegando a amenazarles para que no acudiesen a las
autoridades a denunciar su situación.
Asimismo, la organización empleaba las identidades que obtenía de
las víctimas para crear sociedades sin conocimiento de ellas, a través
de las que canalizaban los beneficios obtenidos, que ascendían hasta
30.000 euros al mes. Además, contaban con una asesoría local que les
facilitaba los trámites, falsificando la documentación con la que
justificaban los movimientos de dinero desde las cuentas bancarias.
Cabe destacar, que la red tenía carácter internacional ya que
contaba con abundante infraestructura en terceros países, en los que
invertiría gran parte de las ganancias.
La operación ha sido llevada a cabo por el Grupo de Información de
la Comandancia de la Guardia Civil de Sevilla, que ha contado con el
apoyo de Unidades Centrales del Servicio de Información, otras Unidades
de la Comandancia de Sevilla y de la Comandancia de Córdoba.
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