Un estudio
de las universidades de Leipzig y La Laguna referido al puerto de
Granadilla, en el que dice que se trata de una instalación “inútil e
innecesaria”, no es nada nuevo. Eso ya se sabe desde hace bastante
tiempo, al margen de que los investigadores –dicho sea con todo el
respeto– hayan analizado ahora con enjundia académica los efectos de la
construcción de esta infraestructura.
La
Universidad de La Laguna ha difundido un comunicado en el que los
citados investigadores afirman que esta obra representa «un buen ejemplo
de las políticas basadas en el desmedido crecimiento inmobiliario y las
políticas de promoción de macro infraestructuras que caracterizaron al
Estado español a partir de la década de los noventa».
El
artículo, titulado «Struggles on the Port of Granadilla: defending the
right to nature», aparece publicado en la revista Territory, Politics,
Governance el artículo «Struggles on the Port of Granadilla: defending
the right to nature». Se trata de un estudio sobre los procesos
de «mercantilización de la naturaleza» y los movimientos sociales
relacionados con la construcción del puerto de Granadilla.
Dicen los
investigadores que el proyecto de construir un puerto en Granadilla de
Abona, reactivado a finales del siglo pasado, provocó durante años una
masiva contestación social en Tenerife. Su fase inicial se inauguró hace
apenas dos años y, a juicio de los autores del artículo, se ha
demostrado «inútil e innecesaria» y representa «un buen ejemplo de las
políticas basadas en el desmedido crecimiento inmobiliario y las
políticas de promoción de macro infraestructuras que caracterizaron al
Estado español a partir de la década de los noventa».
A su coste
económico se suma su impacto sobre la naturaleza tanto directo, por la
afección a los ecosistemas destruidos, como por las consecuencias de
traer a escena, por primera vez en Canarias, nuevas modalidades de
políticas de «conservación ambiental». Armas-Díaz
y Sabaté Bel consideran que los cambios en las políticas de
conservación de la naturaleza se ponen «al servicio de los intensos
procesos de urbanización y el desarrollo de grandes infraestructuras».
El
análisis del puerto de Granadilla ilustra de manera ejemplar tales
cambios, prosiguen los investigadores, con episodios en los que los
recursos protegidos son intercambiados y deslocalizados hacia otras
áreas (green-grabbing), y otros en los que se reduce o elimina la
protección (un-green grabbing); ambas tienen idéntico objetivo:
facilitar la urbanización y, con el mismo efecto, la destrucción de la
naturaleza.
Estas
observaciones se basan en la información facilitada en entrevistas con
expresidentes de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, así
como en conversaciones con activistas ambientales, y en la participación
en reuniones, manifestaciones y encuentros con colectivos
ambientalistas.
Los
investigadores han consultado informes elaborados por el Observatorio
Ambiental del Puerto de Granadilla, legislación y prensa. Aunque estos
resultados son similares a los que reflejan investigaciones sobre casos
de otras regiones europeas, una de las singularidades encontradas aquí
es la importancia que suponen las protestas contra la destrucción de los
recursos naturales en el ámbito insular.
Foto: cedida
fuente: https://www.puentedemando.com/el-puerto-de-granadilla-es-una-instalacion-inutil-e-innecesaria/
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