domingo, 10 de mayo de 2020

Tragando sapos


Marisol Ayala.
Jamás pensé que tendría que evitar hablar con amigos para no propiciar discusiones, faltas de respeto y palabras gruesas para proteger la amistad. Siempre en torno a charlas que tienen que ver con la política.  Llevo un par de años tragando sapos que me zampo del golpe haciendo que no escucho para que no se dañe la amistad.

 Son amistades de años que poco a poco, de diez años para acá, han ido sacando la patita; no quiero amistades del pensamiento único, quiero respeto; algo tan difícil de hallar en días como los de hoy. Poco a poco esas amistades han ido politizándose hasta extremos desconocidos al menos por mí.  Ya no ven informativos porque dicen que todos los periodistas mienten, todos los políticos ladrones, mentirosos que solo persiguen un objetivo, dicen como quien se bebe un vaso de agua, es hundir España. Hace tiempo que tomé la decisión de elegir a mis discutidores, esos amigos que discrepando siempre dejan una rendija para respirar.
El mundo de las redes ha dejado con el culo al aire a los que dicen militar aquí y militan allá. A esos “apolíticos” que cargan su odio con dedos ajenos. El frenesí de un corto tuit puede causar un efecto inesperado, casi siempre tóxico y poco razonado. Esos que nunca llaman, que viven a golpe de WhatsApp, de chiste en chiste. Hablo de esos que llaman no para saber cómo estás, no, es para preguntarte un “¿has visto al negro que anda mucho por tu casa?” o “tú que puedes denúncialo en la prensa…”, referido a un joven gallego de 35. ¡Qué daño han hecho Vox y PP como cabezas pensantes de la ideología intolerante! Lo peor que he visto estos meses ha sido una foto composición de Madrid con miles de ataúdes colgando. Miedo dan.
Pero la guinda del pastel viene ahora. Hace dos semanas en FB: “El ataúd de Sánchez lo pago yo”
fuente:  https://marisolayalablog.wordpress.com/

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