miércoles, 19 de diciembre de 2018
Tener hijos
Autora Marisol Ayala.
El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) ha hecho público un estudio según el cual en España nacen menos niños y mueren más personas mayores. Recuerda el estudio que el bajón de natalicios nos pone a la altura de la España de 1941, que no es poco.
Es decir: una parte de la población envejece y muere en tanto que otra, mujeres jóvenes en edad de maternidad, en parejas o no, se lo piensan tanto para ser mamá que cuando hacen números rechazan la maternidad y no por capricho, no, sino porque hoy traer un hijo al mundo se ha complicado tanto con trabajos en precario, sueldos escasos etcétera, que mejor lo dejamos. Sin un plan gubernamental que incentive la maternidad con ayudas socioeconómicas traer hijos al mundo, al menos en la España actual, es una heroicidad. Sin una población laboralmente activa las pensiones, y en consecuencias otras tantas cosas, están en peligro; no hay más que hacer una simple operación matemática y el resultado es inequívoco.
Lo cierto es que la migración, esa que algunos desprecian, la misma que usa la derecha frente las urnas, es la que gracias a sus mujeres han colaborado este año al incremento de la natalidad: uno de cada cinco bebés nacidos en España en la primera mitad de 2018 es hijo de una madre extranjera; el preocupante descenso se ha registrado entre las mujeres españolas. En la década anterior mejoró mucho el balance vegetativo pero ahora que la inmigración ha descendido resulta insuficiente para compensar la mortalidad. Y no hay más cera que la que arde. Así que ya saben los gobiernos; no les cierren puertas a los que traen una riqueza social, la maternidad, que nosotros no somos capaces de generar. Cuando en un parque ves a un persona mayor jugueteando con una joven de otro país que habrá dejado en el suyo una vida, una familia, una ilusión, algunos los miramos con gratitud otros les miran con desprecio. Así de ingratos y torpes somos.
Otra lectura que ofrecen los datos del INE es que la crisis económica ha repercutido decididamente en el número de nacimientos entre los españoles. La crisis redujo mucho más la natalidad entre trabajadores temporales que entre asalariados con contratos fijos. Lógica aplastante.
Resumiendo que con ese cuadro ¿quién piensa en pañales? Pese a todo la población en España, unos 46,6 millones, sigue creciendo, también gracias a la inmigración, ojo.
Pues ya ven, las cosas no son como nos cuentan, son cómo son. Los necesitamos.
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