Llegó a la Isla con el cartel de
favorito y, tras dos jornadas de competición, Scott Fraser no ha
defraudado a nadie. El miércoles, en La Aldea de San Nicolás, pese a un
pequeño contratiempo en un control, firmó el tercer mejor tiempo en la
categoría reina de la prueba (M21) –tras el sueco Johan Runesson y el
finlandés Arttu Syrjäläinen– y unas pocas horas después,
Fraser se presenta en el G-COM huyendo
del frío y parafraseando a Nino Manfredi: “Sigue al sol”, recalca antes
de aclarar que “estaba contando los días para escapar de la rutina y los
días lluviosos del norte”. Para el escocés, detalles como poder
competir en pleno invierno en la playa o campo a través hacen de la
prueba grancanaria un evento único. “Es prácticamente la única carrera
de orientación en inverno”, agrega, “que se desarrolla en Europa donde
tienes garantizado un clima cálido”. “He estado en otras competiciones
en el resto de España y Portugal donde el clima no es tan fantástico
como aquí en este momento del año”, puntualiza.
“El jueves”, prosigue Fraser, “después
de la carrera me fui a la playa y me tomé una cerveza”. “Recomiendo”,
confiesa el escocés, “absolutamente esta carrera. Le he enviado fotos a
kis amigos en Reino Unido para que vean el tiempo que hace aquí, que es
fantástico”.
En los planes de Fraser, el G-COM entra
en su fase decisiva. Este sábado la prueba de orientación se traslada
hasta Tamadaba y según el corredor escocés “el bosque, como siempre,
será decisivo”. “Estoy deseando subir a la montaña y poder competir
entre siesta y siesta”, añade antes de animar a la gente a acercarse al
mundo de la orientación. “Si te lo estas pensando”, subraya, “hazlo”.
“Conocerás lugares impresionantes y harás amigos de todas las partes del
mundo. ¡Bienvenido a la familia!”, exclama.
Si Fraser se presenta en la Isla con el
objetivo de ganar, el caso de Peo Bengtsson representa otros valores
dentro de la familia de la orientación. El corredor sueco, que cumplió
85 años en agosto, es una figura clave para entender la progresión de
este deporte en España. Fue pionero al elaborar y actualizar mapas y
apostar por pruebas en nuestro país. “A mi edad sigo en esto”, afirma el
escandinavo, “porque me gusta el mundo de la orientación. Y,
particularmente en Gran Canaria, porque a estas alturas del año, en
pleno invierno, no hace frío”.
Bengtsson,
desde la experiencia que da su recorrido vital, recomienda acercarse al
G-COM y “a la orientación porque es un deporte fantástico donde tienes
que usar tanto tu cerebro como el resto de tu cuerpo”.
Fraser y Bengtsson serán dos de los
corredores a seguir este sábado en Tamadaba, lugar al que se trasladará
la caravana internacional del G-COM 2018. Ese día, organización,
corredores –de 20 nacionalidades–, patrocinadores, colaboradores y
público, tienen un reto mayúsculo: la Carrera Larga (Pine Forest Race).
La maquinaria de la carrera se pondrá en marcha a primera hora: a las
7.45, desde el Polideportivo municipal, saldrá la guagua que trasladará a
los corredores desde La Aldea hasta Artenara y desde allí partirán
varios ‘transfers’ hasta Tamadaba –donde se ubicará la secretaría y los
servicios de la prueba–. Allí, los competidores tendrán que encontrar
sus balizas en un bosque de pinar con sotobosque denso en algunas zonas,
un relieve fuerte en algunos tramos y partes técnicas con rocas y
cortados.
El G-COM 2018 está organizado por
Orientación Canarias (by Limonium Canarias) y cuenta con el Instituto
Insular de Deportes – Isla Europea del Deporte y el Patronato de Turismo
de Gran Canaria como patrocinadores principales. Los ayuntamientos de
La Aldea, Artenara y Mogán también figuran como patrocinadores.
Fotografías Sabrina Ceballos.
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