Comentario diario de El Mostrador de Ezequiel López
El que los trabajadores del Mercado
Municipal de Telde se hayan quedado sin trabajo, sin la posibilidad de
contar con una entrada económica desde el martes 13 en adelante,
desconociéndose hasta cuando, es sin duda un verdadero tormento mental
para unas personas con un ritmo de trabajo no tan habitual.
Esto que ha ocurrido ha sido un marrón
para el mini gobierno, más en especial para el grupo de Nueva Canarias,
ellos eran quienes estaban dispuestos a recoger los frutos de esa
remodelación del Mercado, pero tanto fue el cántaro, político, a la
fuente que terminó rompiéndose.
Yo he sido un ferviente creyente de la
ley natural en todos los aspectos, pero principalmente en Política, es
ahí donde la Ley se refleja con mayor facilidad, ahí quien la hace la
paga, sí, sí, aunque suene feo, pero es un hecho como la vida misma. Los
puesteros saben con quienes se gastan las perras, ellos saben lo que
cuesta poder ganar un céntimo, y también saben cómo hacer un buen puño,
céntimo a céntimo.
Los políticos de Telde saben que los
puesteros son personas honestas y solidarias y que cuando se les ha
pedido colaboración, no han escatimado nada, en lo personal, en lo
material y también en lo económico cuando ha sido necesario, han sido
unos aliados muy efectivos para cualquier gobierno de la Ciudad.
Estos hombres y mujeres, pequeñas y
medianas empresas andantes, acostumbrados a vivir en comunidad
constante, todos con todos para responder por ese espacio público, el
Mercado, se conocen y saben cómo cubrirse en momentos difíciles, los
puesteros no han tenido una vida comercial fácil, se han tenido que
buscar la vida para que sus pequeños negocios perduren, y una de sus más
fuertes armas, ha sido, sin duda, la calidad de sus productos y la
exquisita atención personalizada que ofrecen a sus clientes.
Todos los políticos deben ahora de
arrimar el hombro, facilitar a la administración todo lo que sea
necesario, asumir que el logro de un remozado Mercado Municipal es un
trabajo de todos, no se puede abanderar un proyecto que le costará a los
ciudadanos, incluyendo a los propios puesteros, un millón doscientos
mil euros, con un descaro que parecía que casi ponían ellos las perras
de sus sueldos como políticos, y así no es tampoco.
Los puesteros, muchos son de campo,
entiéndanse de medianías, donde las tierras dan lo mejor de sí, pero sin
que eso signifique que no se enteran de las cosas, todo lo contrario,
en muchas ocasiones han demostrado que el trato directo con la madre
naturaleza les ha provisto de una especie de plus especial que ven con
mayor claridad y hasta con un especial sentido común, las cuestiones más
complejas que se les plantean en el mundanal ruido de ciudad.
No se puede, no se debe intentar
ningunear a un sector que intenta todos los días del año buscar lo mejor
de la agricultura, de la ganadería y del mar y de todo aquello que
pueda facilitarle la vida a los ciudadanos a la hora del consumo humano.
Ahora toca prepararse para unos meses
nada fáciles, tendrán que cuidar con creces todo lo que van ofrecer en
el lugar provisional que adoptarán para el día a día durante,
aproximadamente 9, 10 u 11 meses, ¿qué puede ser antes?, mejor para
todos. Esto debe de valer de lección, que lo dudo mucho, conociendo a
nuestros políticos, para que aquellos que han querido vender solitos
algo que les corresponde a todos, aprendan a ocupar el lugar que en
estos casos se debieran, en ser más prácticos y menos políticos, pues
hablamos de las cosas de comer y con eso no se debe de jugar.
Yo seguiré, permítanmelo, con mi
desconfianza en cuanto al abanderamiento, esperando que desde que puedan
aclarar un pizco el expediente, vuelvan a intentar hacer creer que esto
se hace por que ellos lo han conseguido, cuando es de todos sabido, que
la propia administración una vez que se decidió, por obligación,
remozar el edificio, aprovechar la cobertura y aumentar sus prestaciones
públicas, como lo hacen ya los otros Mercados de las mismas
características que éste.
La estancia provisional al área
polivalente de Narea, lleno de casetas con nuestros puesteros, no será
todo lo agradable que deseamos, pero no podemos ni debemos dar la
espalda a nuestra gente, que mantendrán el mayor de los celos para que
el producto llegue a las manos de los clientes de la mejor manera y con
la máxima garantía para su consumo.
Creo que nuestros puesteros se merecen
nuestro respeto y apoyo, no dejemos que en el tiempo provisional que
estarán en el Área Polivalente de Narea se sientan solo, si no iba antes
al mismo Mercado, haga un esfuerzo y vayan ahora, si no a comprar, a
saludarles y a animarles que sean fuertes, que superarán esta prueba y
que a la vuelta, seguro que no solo encontrarán un espacio en mejores
condiciones que las que dejaron sino que, además, notarán el aumento de
confianza por parte de la ciudadanía de Telde y de la isla en general,
¡estoy seguro de ello!
fuente:
Comentario diario de El Mostrador de Ezequiel López
El que los trabajadores del Mercado
Municipal de Telde se hayan quedado sin trabajo, sin la posibilidad de
contar con una entrada económica desde el martes 13 en adelante,
desconociéndose hasta cuando, es sin duda un verdadero tormento mental
para unas personas con un ritmo de trabajo no tan habitual.
Hablamos de unas personas que están en
marcha desde altas horas de la madrugada, hablamos que lo normal es que
estén despiertos, en la mayoría de las actividades del Mercado, desde
las 4 de la madrugada. Hablamos que estas personas tienen un ritmo
laboral cogido y que rompérselo les creará problemas que no tendrán
buenas consecuencias, sin duda alguna.
Esto que ha ocurrido ha sido un marrón
para el mini gobierno, más en especial para el grupo de Nueva Canarias,
ellos eran quienes estaban dispuestos a recoger los frutos de esa
remodelación del Mercado, pero tanto fue el cántaro, político, a la
fuente que terminó rompiéndose.
Yo he sido un ferviente creyente de la
ley natural en todos los aspectos, pero principalmente en Política, es
ahí donde la Ley se refleja con mayor facilidad, ahí quien la hace la
paga, sí, sí, aunque suene feo, pero es un hecho como la vida misma. Los
puesteros saben con quienes se gastan las perras, ellos saben lo que
cuesta poder ganar un céntimo, y también saben cómo hacer un buen puño,
céntimo a céntimo.
Los políticos de Telde saben que los
puesteros son personas honestas y solidarias y que cuando se les ha
pedido colaboración, no han escatimado nada, en lo personal, en lo
material y también en lo económico cuando ha sido necesario, han sido
unos aliados muy efectivos para cualquier gobierno de la Ciudad.
Estos hombres y mujeres, pequeñas y
medianas empresas andantes, acostumbrados a vivir en comunidad
constante, todos con todos para responder por ese espacio público, el
Mercado, se conocen y saben cómo cubrirse en momentos difíciles, los
puesteros no han tenido una vida comercial fácil, se han tenido que
buscar la vida para que sus pequeños negocios perduren, y una de sus más
fuertes armas, ha sido, sin duda, la calidad de sus productos y la
exquisita atención personalizada que ofrecen a sus clientes.
Todos los políticos deben ahora de
arrimar el hombro, facilitar a la administración todo lo que sea
necesario, asumir que el logro de un remozado Mercado Municipal es un
trabajo de todos, no se puede abanderar un proyecto que le costará a los
ciudadanos, incluyendo a los propios puesteros, un millón doscientos
mil euros, con un descaro que parecía que casi ponían ellos las perras
de sus sueldos como políticos, y así no es tampoco.
Los puesteros, muchos son de campo,
entiéndanse de medianías, donde las tierras dan lo mejor de sí, pero sin
que eso signifique que no se enteran de las cosas, todo lo contrario,
en muchas ocasiones han demostrado que el trato directo con la madre
naturaleza les ha provisto de una especie de plus especial que ven con
mayor claridad y hasta con un especial sentido común, las cuestiones más
complejas que se les plantean en el mundanal ruido de ciudad.
No se puede, no se debe intentar
ningunear a un sector que intenta todos los días del año buscar lo mejor
de la agricultura, de la ganadería y del mar y de todo aquello que
pueda facilitarle la vida a los ciudadanos a la hora del consumo humano.
Ahora toca prepararse para unos meses
nada fáciles, tendrán que cuidar con creces todo lo que van ofrecer en
el lugar provisional que adoptarán para el día a día durante,
aproximadamente 9, 10 u 11 meses, ¿qué puede ser antes?, mejor para
todos. Esto debe de valer de lección, que lo dudo mucho, conociendo a
nuestros políticos, para que aquellos que han querido vender solitos
algo que les corresponde a todos, aprendan a ocupar el lugar que en
estos casos se debieran, en ser más prácticos y menos políticos, pues
hablamos de las cosas de comer y con eso no se debe de jugar.
Yo seguiré, permítanmelo, con mi
desconfianza en cuanto al abanderamiento, esperando que desde que puedan
aclarar un pizco el expediente, vuelvan a intentar hacer creer que esto
se hace por que ellos lo han conseguido, cuando es de todos sabido, que
la propia administración una vez que se decidió, por obligación,
remozar el edificio, aprovechar la cobertura y aumentar sus prestaciones
públicas, como lo hacen ya los otros Mercados de las mismas
características que éste.
La estancia provisional al área
polivalente de Narea, lleno de casetas con nuestros puesteros, no será
todo lo agradable que deseamos, pero no podemos ni debemos dar la
espalda a nuestra gente, que mantendrán el mayor de los celos para que
el producto llegue a las manos de los clientes de la mejor manera y con
la máxima garantía para su consumo.
Creo que nuestros puesteros se merecen
nuestro respeto y apoyo, no dejemos que en el tiempo provisional que
estarán en el Área Polivalente de Narea se sientan solo, si no iba antes
al mismo Mercado, haga un esfuerzo y vayan ahora, si no a comprar, a
saludarles y a animarles que sean fuertes, que superarán esta prueba y
que a la vuelta, seguro que no solo encontrarán un espacio en mejores
condiciones que las que dejaron sino que, además, notarán el aumento de
confianza por parte de la ciudadanía de Telde y de la isla en general,
¡estoy seguro de ello!
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