Sarah Romero
La exoluna, que tiene el tamaño de Neptuno, orbita un planeta del tamaño de Júpiter.
Un equipo de astrónomos de la Universidad
de Columbia (EE. UU.) ha hallado evidencias consistentes -gracias a los
instrumentos del telescopio espacial Hubble y a datos antiguos del telescopio Kepler-, de la primera luna fuera de nuestro sistema solar. Se encuentra a 8.000 años luz de distancia de la Tierra y nunca antes se había observado algo así.
En el estudio de los astrónomos Alex Teachey y David Kipping que recoge la revista Science Advances,
explican que la detección de un candidato a exoluna, es decir, lunas
orbitando planetas en otros sistemas estelares, es inusual debido a su
gran tamaño (recordemos que es comparable al de Neptuno y Neptuno tiene
49.244 km de diámetro). Estas lunas gigantescas no existen en nuestro sistema solar, donde se han catalogado casi 200 satélites naturales.
"Este sería el primer caso de detección de una luna
fuera de nuestro sistema solar", dijo Kipping, "Si se confirma por las
observaciones de seguimiento del Hubble, el hallazgo podría proporcionar
pistas vitales sobre el desarrollo de los sistemas planetarios y podría
hacer que los expertos revisen las teorías de cómo se forman las lunas
alrededor de los planetas".
Los investigadores analizaron datos de 284 planetas descubiertos por Kepler que estaban en órbitas comparativamente amplias, con períodos de más de 30 días, alrededor de su estrella anfitriona. Las observaciones midieron el tránsito a las estrellas, descubriendo que Kepler 1625 tenía anomalías intrigantes. "Vimos pequeñas desviaciones y oscilaciones en la curva de luz que nos llamó la atención", comenta Kipping.
Los investigadores analizaron datos de 284 planetas descubiertos por Kepler que estaban en órbitas comparativamente amplias, con períodos de más de 30 días, alrededor de su estrella anfitriona. Las observaciones midieron el tránsito a las estrellas, descubriendo que Kepler 1625 tenía anomalías intrigantes. "Vimos pequeñas desviaciones y oscilaciones en la curva de luz que nos llamó la atención", comenta Kipping.
Con el Hubble tuvieron oportunidad de estudiar profundamente el planeta,
obteniendo datos cuatro veces más precisos que los de Kepler. Los
investigadores monitorearon el planeta antes y durante su tránsito de 19
horas a través de la cara de la estrella, detectando una segunda
disminución, mucho menor, en el brillo de la estrella, lo que sería consistente con "una luna que sigue al planeta como un perro que sigue a su dueño con una correa",
dijo Kipping. "Desafortunadamente, las observaciones programadas del
Hubble terminaron antes de que se pudiera medir el tránsito completo de
la Luna".
Los investigadores señalan que, en principio, esta anomalía podría ser causada por la atracción gravitatoria de un hipotético segundo planeta en el sistema, aunque Kepler no encontró evidencia de planetas adicionales alrededor de la estrella durante su misión de cuatro años.
Los investigadores señalan que, en principio, esta anomalía podría ser causada por la atracción gravitatoria de un hipotético segundo planeta en el sistema, aunque Kepler no encontró evidencia de planetas adicionales alrededor de la estrella durante su misión de cuatro años.
"Una
luna compañera es la explicación más simple y natural para el segundo
descenso en la curva de luz y la desviación de la órbita",
dijo el autor principal, Teachey. "Fue un momento impactante ver esa
curva de luz; mi corazón comenzó a latir un poco más rápido y seguí
mirando esa firma".
Se estima que la luna tiene solo un 1,5% de la masa de su planeta compañero, que a su vez se estima en varias veces la masa de Júpiter. Este valor está cerca de la relación de masa entre la Tierra y su luna, pero Kepler 1625b y su satélite, sin embargo, son gaseosos, no rocosos.
Se estima que la luna tiene solo un 1,5% de la masa de su planeta compañero, que a su vez se estima en varias veces la masa de Júpiter. Este valor está cerca de la relación de masa entre la Tierra y su luna, pero Kepler 1625b y su satélite, sin embargo, son gaseosos, no rocosos.
El planeta huésped y
su luna se encuentran dentro de la zona habitable de la estrella Kepler
1625, donde las temperaturas moderadas permiten la existencia de agua líquida en cualquier superficie planetaria sólida. "Sin embargo, se considera que ambos cuerpos son gaseosos y, por lo tanto, no son adecuados para la vida tal como la conocemos", explicó Kipping.
Las búsquedas futuras apuntarán a planetas del tamaño de Júpiter que están más alejados de su estrella que la Tierra del Sol. Apenas existe un puñado de planetas de este tipo en la base de datos de Kepler. Cuando llegue el momento del Telescopio Espacial James Webb de la NASA "podremos ver lunas realmente pequeñas".
Las búsquedas futuras apuntarán a planetas del tamaño de Júpiter que están más alejados de su estrella que la Tierra del Sol. Apenas existe un puñado de planetas de este tipo en la base de datos de Kepler. Cuando llegue el momento del Telescopio Espacial James Webb de la NASA "podremos ver lunas realmente pequeñas".
fuente: https://www.muyinteresante.es/ciencia/articulo/descubren-huellas-de-la-primera-luna-fuera-del-sistema-solar-201538640146
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