martes, 22 de agosto de 2017

‘Recogida de papas’



El clima de las Islas Canarias es propicio para recoger dos cosechas al año siendo.


Años atrás y, cuando esta que escribe no peinaba canas, era todo un acontecimiento ir a la recogida de papas ya fuera en terreno propio, de algún vecino o pariente.
El trabajo comenzaba muy temprano, a las frescas del día, para que no se resultara tan pesado. Este se organizaba en varias etapas, la primera era el corte de las ramas para que en la segunda fase entraran los hombres, zacho en mano para arrancar a la tierra el fruto tan deseado. Detrás de ellos iban las mujeres forradas hasta las cejas con sombreros de palma y una especie de manoplas hechas de tela o unos calcetines viejos para preservar las manos de la dureza de la tierra.
Dado que en aquella época no se usaba el pantalón, las féminas usaban sacos de pita con los que se envolvían para agacharse con más comodidad y sin miedo a ser objeto de burlas y habladurías malsanas y picantes.
Mientras un grupo de hombres y mujeres ejercían este duro trabajo otras mujeres, frecuentemente las de más edad, se encargaban de preparar el sancocho de cherne donde no faltaba de nada: higos pasados, dátiles, el casco de cebolla y, como no, la pella que se preparaba con agua, sal y un pizco de ron, bien diferente a la de hoy que más parece un turrón.
Todo esto era regado con unos pizcos de ron por parte de los hombres y las mujeres con anís.  De ahí que se procuraba hacer toda la faena antes del almuerzo ya que luego se hacía pesado continuar trabajando.
Otra de las costumbres consistía en dar a cada familia que había colaborado en la recolección, un saco de papas, preferiblemente las dañadas por el zacho o las más pequeñas que no eran válidas para la venta. Esto y el almuerzo era el pago que se daba más el estar dispuestos a arrimar el hombro cuando nos necesitaran los que hoy estuvieron a nuestro lado.
El clima de las Islas Canarias es propicio para recoger dos cosechas al año siendo, a pesar de las importaciones, uno de los cultivos más intensos y productivos.
Aun teniendo gran cantidad de papas para el consumo de nuestra gente se importan de la península y sobre todo del extranjero para abastecer con idoneidad el mercado. La que más se importa, aun siendo de las más caras, es la ‘Kinegua’ en lenguaje popular o King Edwar (Rey Eduardo) que es muy apreciada para emplearla en la siembra.
No olvidemos a la del ojo rosado, la cara, rambana o autodatil. Desgraciadamente más del 60% de la papa que consumimos se importa del Reino Unido, Dinamarca, Marruecos y Egipto, lo que demuestra la cantidad de este tubérculo que consumismo en Canarias.
Pero ¿Qué sería de un canario sin sus papas arrugas y mojo?


fuente:    http://www.canariasopina.com.es/articulo/21273

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