jueves, 24 de agosto de 2017

La Policía belga se dirigió a los Mossos para advertirles sobre el imam de Ripoll en marzo de 2016

La policía local del pequeño municipio flamenco de Vilvoorde (Bélgica) contactó en marzo del pasado año con los Mossos d'Esquadra para conocer si la policía de la Generalitat tenía en sus archivos datos sobre Albdelbaki es Satty, el imam radical que ejerció en Ripoll (Gerona) y considerado por los investigadores como el líder de la célula yihadista autora de los atentados de Barcelona y Cambrils(Tarragona).
En concreto, la comunicación a los Mossos d'Esquadra la realizaron agentes de la policía de esa localidad situada a 12 kilómetros de Bruselas en la que Abdelbaki es Satty residió durante tres meses, a principios de 2016, y donde trató de conseguir trabajo en uno de los oratorios locales. La policía municipal consideró sospechosas sus actividades y envió su consulta de información a la policía de la Generalitat por escrito. La respuesta fue remitida de nuevo hacia Vilvoorde el 8 de marzo de 2016.
En su contestación, los agentes de la policía autonómica explicaron que no tenían datos o indicios sobre la radicalización del imam. Notificaron que su apellido aparecía vinculado con la operación Chacal, pero que no se trataba del mismo individuo. La respuesta fue elaborada por el Área Central de Análisis de los responsables antiterroristas de los Mossos. En concreto, la firmó D. C., según fuentes de la lucha antiterrorista.
En decir, casi un año y medio antes de los atentados, ese municipio belga ya alertó de la posible peligrosidad de este imam a la policía autonómica catalana.
El Departamento de Interior de la Generalitat de Cataluña explicó este miércoles a este diario que no se trató de un contacto oficial, sino producto de la amistad entre el agente de los Mossos que firma la respuesta y el policía municipal de Vilvoorde que evacuó la consulta. Los dos se habrían conocido en unas jornadas internacionales sobre lucha contra el terrorismo. Las mismas fuentes señalaron que las comunicaciones oficiales de los Mossos se efectúan siempre a través delMinisterio del Interior pero que, al tratarse de un contacto oficioso, la respuesta se habría limitado a señalar que la policía catalana «no tiene un listado de imames» y que «no habían recibido nada», más allá de la coincidencia de su apellido con uno de los detenidos en la operación Chacal en 2006.
Efectivamente, uno de los arrestados en la operación Chacal se llama Mustapha es Satty, pero en el marco de esa investigación se localizó la documentación del imam de Ripoll, Abdelbaki es Satty -de idéntico apellido-, en el domicilio deMohamed Mrabet, posteriormente condenado en primera instancia como reclutador de islamistas, porque ambos habían convivido como discípulo y pupilo en Vilanova i la Geltrú entre 2003 y 2005. Este dato corrobora que el líder de los atentados de Cataluña pertenecía ya entonces al entorno radical. Esta información procedente de una operación de la Policía Nacional no obraba en poder de los Mossos, que a su vez tampoco consultaron al Ministerio del Interior. Tampoco impidió que un juez de Castellón paralizase en 2015 unaorden de expulsión contra él.
Precisamente este martes, el durísimo comunicado [léalo en PDF] emitido por elSindicato Unificado de Policía y la Asociación Unificada de Guardias Civiles, en el que denunciaban haber sido «marginados» de la investigación, señalaba que «el desconocimiento por parte de las autoridades catalanas del hecho de que el imam de Ripoll fuese discípulo de uno de los detenidos» en la operación Chacal demostraba «la flagrante vulneración de los protocolos de cooperación, así como el deficiente funcionamiento de los mecanismos de comunicación entre las fuerzas y cuerpos policiales».
La participación de los Mossos en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco) del Ministerio del Interior, en el que se comparten bases de datos, siempre ha sido objeto de una controversia política nunca resuelta.
El alcalde de Vilvoorde, Hans Bonte, afirmaba en una entrevista publicada con Efe que Es Satty había despertado recelos en la propia comunidad musulmana de la zona, que decidió expulsarlo de la mezquita. «El imam de la vecina localidad deDiegem vino a preguntarnos por él, al vivir en Vilvoorde. Les parecía un hombre extraño, que decía que venía de España porque allí no tenía futuro y que se autoproclamaba imam, aunque no tenía ningún papel para acreditarlo», relató Bonte, que añadió que preguntó por sus antecedentes policiales -sin concretar a qué cuerpo había dirigido la consulta- porque Es Satty era reacio a responder preguntas sobre su pasado. EL MUNDO ha podido confirmar que se trató de los Mossos d'Esquadra.
Esta comunicación entre los policías locales de Vilvoorde y los Mossos no es el cauce de comunicación antiterrorista entre dos países de la UE. La vía oficial habría sido que la consulta se hubiera dirigido a través del enlace de Interior en laEmbajada de España en Bélgica. O, incluso un contacto directo entre los ministerios. La comunicación fue totalmente anómala y oficiosa, según explicaron estas mismas fuentes.
En aquel momento, Europa había sufrido ya algunos de los zarpazos más terribles del terrorismo islamista: sólo cuatro meses antes, varios comandos habían cometido en la Sala Bataclán y en otros escenarios de París una matanza de 137 personas.
Un portavoz de la Policía Federal belga aseguró ayer a EL MUNDO que, en cuestiones de terrorismo, todo se canaliza a través de la Fiscalía Federal, que desde los ataques de París en 2015 centraliza las investigaciones. La Fiscalía explicó a su vez a este diario, que «hay una investigación abierta» , pero que «no hay ningún elemento que contradiga la versión oficial dada el lunes». Esto es, que no tenía ni tiene conocimiento alguno del imam. No estaba fichado por ellos, no había sido investigado a nivel federal y no hubo cruce de datos, según informa desde Bruselas Pablo Rodríguez Suanzes.


fuente: http://www.elmundo.es/espana/2017/08/24/599db4b3e2704e044d8b462b.html

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