En el barrio de la Seu de Valencia impera un silencio inquietante que desconcierta a los vecinos desde el pasado viernes. Las campanas de la iglesia de San Nicolás, situada en una de las calles más emblemáticas de la zona, llevan sin dar ni un repique desde que el Ayuntamiento requirió al párroco, Antonio Corbí, el cese de los tañidos, bajo el argumento de que incumple la ley de Protección contra la Contaminación Acústica.
La imposición del Gobierno municipal de Joan Ribó (Compromís) y el consiguiente silencio de las campanas han indignado a Teresa Gascó, vecina del barrio que encabeza la recogida de firmas para que el Ayuntamiento rectifique. «Nos están robando el patrimonio cultural sonoro de la ciudad. Con esta prohibición solo consiguen degradar todavía más el barrio, lleno de turismo barato y de borrachos que dejan las calles sucias por las noches», explica Gascó mientras ofrece hojas de rúbricas a los vecinos que se acercan a un horno de la calle Caballeros para unirse a la demanda. En apenas 15 minutos cuatro personas entran y preguntan dónde pueden firmar. «He visto el tema en Facebook y quiero participar. No es que no me molesten las campanas, sino que me encantan». Los vecinos no entienden cómo puede molestar un sonido tan «armónico y complejo», que tan solo suena tres veces a lo largo del día.
En cuarenta y ocho horas se han recogido más de doscientas firmas y Gascó espera sumar muchas más para presentarlas al alcalde, que pidió ayer que las iglesias reduzcan el volumen del sonido de sus campanas para que puedan seguir tocando como solución «de consenso» tras la polémica.
Por su parte, el párroco Antonio Corbí advirtió de que San Nicolás presentará alegaciones a la prohibición que cumplen desde hace seis días. Pedirá que se excluyan de la normativa los campanarios con gran valor histórico y, en concreto, el de San Nicolás, en el que «sus campanas no suenan en un horario abusivo». El párroco no se explica cómo es posible que el gobierno municipal «ataque» a la parroquia después de que la Generalitat aprobara su restauración hace año y medio. «No es una cuestión acústica, sino ideológica».
Inician una campaña para que las campanas de San Nicolás vuelvan a sonar
«¡Que las campanas de San Nicolás vuelvan a sonar!». Bajo este grito se ha anunciado la recogida de firmas a través de la plataforma Change.org para que el Ayuntamiento de Valencia levante la prohibición impuesta a la llamada «Capilla Sixtina valenciana», una parroquia construida en el siglo XIII. El gobierno de Joan Ribó requirió al párroco, Antonio Corbí, el cese de los tañidos, bajo el argumento de que incumple la ley de Protección contra la Contaminación Acústica. Desde el viernes 27 de enero, las campanas enmudecieron y en el barrio de la Seu impera un silencio que inquieta e indigna a los vecinos.
Esta nueva iniciativa, promovida por la valenciana Beatriz Palmer Castelló, se suma a la de Teresa Gascó, una vecina del barrio que comenzó a recoger rúbricas en comercios de la zona el pasado lunes. En dos días, más de 200 vecinos habían firmado la solicitud de Gascó, que se adjuntará a las alegaciones que San Nicolás redactará para responder al Ayuntamiento.
Tras la polémica que ha suscitado la prohibición del repique de campanas entre los vecinos, el Consistorio pidió este miércoles a las iglesias que reduzcan el volumen del sonido de sus campanas para que puedan seguir tocando como solución «de consenso» y el intento de llegar a un acuerdo.
«Degradación del barrio»
Teresa Gascó explicó que prohibir el sonido de las campanas en este barrio emblemático valenciano es «degradar todavía más» sus calles, «llenas de borrachos y basura por las noches». Esta opinión la comparten muchos de los vecinos que reclaman este «patrimonio cultural sonoro» valenciano, que tan solo suena tres veces al día y que no molesta, sino al contrario, «alegra y estructura el día» a muchos de ellos. A pesar de ello, hubo un vecino que sí se quejó del ruido de las campanas, lo que llevó al Ayuntamiento a tomar medidas.
Por su parte, el párroco aseguró que se redactarían una serie de alegaciones dirigidas al Ayuntamiento, con la firme convicción de que la normativa no debería aplicarse a los campanarios con gran valor histórico y, en concreto, el de San Nicolás, en el que «sus campanas no suenan en un horario abusivo». Precisamente, esta parroquia fue restaurada hace un años (se cumple hoy el primer aniversario de la restauración) bajo la normativa de la Generalitat Valenciana, por lo que Corbí no se explica cómo pueden prohibir el sonido proveniente del campanario si su plan fue aprobado por el gobierno autonómico. «No es una cuestión acústica, sino ideológica», afirmó.
Ribó culpa al PP de la normativa vigente
El alcalde de Valencia ha vuelto a declarar hoy al respecto. Asegura que la decisión del Consistorio de suspender los toques regulares en los campanarios de la parroquia de San Nicolás y en otras iglesias del centro «no es una cuestión de campanas laicas o religiosas» sino «una cuestión de sonido».
En este sentido, Ribó insiste en la necesidad de cumplir la Ordenanza Municipal contra la Contaminación Acústica aprobada en 2008, con la única excepción para los edificios declarados Bien de Interés Cultural (BIC) como El Miguelete.
El responsable municipal expone que es una norma que procede del anterior gobierno municipal, del Partido Popular, y que su vigencia hace que se tenga que cumplir por parte de todos. «Es una normativa que no hicimos nosotros pero que obliga a todos a cumplirla. Mientras no la cambiemos hay que cumplirla», indica.
Ribó, que esta misma semana abogó por buscar una solución «técnica» y de «consenso» que permita seguir escuchando las campanas de la ciudad pero bajando su intensidad de su sonido para cumplir la norma, considera que sería «interesante para todos, para las iglesias y el Ayuntamiento», optar por la posibilidad de optar por el sistema de reducir los decibelios.
Joan Ribó apunta que sería una opción «fácil» poder bajar el sonido de las campanas de la ciudad «hasta los límites de decibelios» permitidos y «cumplir la norma». A él, asegura, le gusta el sonido de las campanas.
En cuanto a los toques del reloj del Ayuntamiento, Ribó no aclara si cumplen la ordenanza de contaminación acústica, sino que indica que, si no lo hacen, «se arreglará» para que lo hagan. «Se harán las mediciones y si no se cumple, se bajará la potencia al nivel que la cumpla».
http://www.alertadigital.com/2017/02/03/el-ayuntaniento-de-valencia-compromis-prohibe-el-toque-de-campanas-en-una-iglesia-del-centro-por-la-queja-de-un-vecino/
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